Destiny Blue (Terminada)

Juliana 2.0

—Te amo. –Fue lo único que pudo decir.

—No llores, mi amor. –Limpió una lágrima que rodaba por su mejilla.

—No es por nada malo, todo lo contrario –suspiró con alivio y calmó sus sentimientos–. Es mágico todo lo que dices y expresas –rió casi hipeando–. Yo sólo quería saber cómo llegaste a ser tan excelente en tu profesión, y vaya que me ha quedado claro. –Le acarició las cejas delicadamente como si fuesen de porcelana.

—Bueno, amor, me hago una idea de tu inquietud. –En algún momento ello pasaría, estaba claro–. Sólo he tenido suerte de trabajar en lo que amo, aunque –endureció su mirada– me costó llegar aquí. Pero pude seguir con mi sueño, nada me detuvo... pero he de admitir que los obstáculos me hicieron buscar ser mejor día a día. Así que valoro hasta eso también.

—¿Qué sucedió? ¿Quién quiso cortar tus alas? –indagó intuyendo lo poco que la morena soltaba.

Juliana se acomodó, acomodando su cuerpo hacia su lado izquierdo, dándole la espalda a Valentina, pero aun descansando su cabeza sobre el regazo de ella.

—Mis padres –respondió.

Valentina, pasó saliva. Sabía que Juliana amaba la familia y apreciaba lo que significaba, pero no se imaginó que ellos estuviesen en contra de sus sueños, se limitó a acariciarle el cabello y a hacerle un masaje capilar, de los que tanto le encantaba recibir de la morena, el efecto era igual para ella, al parecer.

—Discúlpame, si no quieres hablar...

—No, tranquila, debes saberlo, no te lo quería contar porque simplemente busqué sacarlo de mi sistema para continuar, quedarme sólo con lo bueno... pero tarde o temprano tienes que saberlo –reveló.

—No quería remover nada...

—Ellos, son unos de los más importantes arquitectos de México, cuidado si no los mejores del país y región –empezó diciendo, su mirada se perdió en un punto fijo que no detallaba, mientras apreciaba el tacto de su ojiazul para hablar con calma–. Son muy prestigiosos y no tengo duda de lo buenos que son en lo que hacen; mi padre, Macario es muy inteligente, pero en esa misma medida es clasista y autoritario, muy cuadriculado. Mi madre, Lupe, es una mujer muy tenaz y de carácter fuerte, así como lo eras tú, de paso también un As en los negocios, aparte de excelente Arquitecto, ella fue la dio paso al imperio Valdés. Y ambos se dejaron acobijar por ese mundo. –Suspiró, y tomó un poco de aire, para proseguir.

Valentina no podía emitir palabra alguna. Sólo se hacía una idea de todo, y si su madre era como lo era ella, entonces, Juliana estuvo muy limitada de recibir amor, de eso estaba segura.

—Mi padre al ir viendo como su imperio crecía, empezó a lamentar demasiado que yo no haya sido un varón, porque por más que lo intentaron no pudieron concebir otro hijo. Ese rechazo lo empecé a sentir desde temprano, pero yo hacía caso omiso, mi abuela, Perlita, me enseñó mucho, y una de esas cosas fue, que no necesitaba el amor ni el apoyo de nadie sino de mí misma para demostrar quién era y luchar por lo que quería, así que no me dejé subvalorar de él. Mi madre estaba enfocada en sus cosas, sólo dejó que mi abu –la recordó con sentimiento– se encargará de mí, ellos sólo me daban los recursos, todo lo que yo quisiera lo tendría, y así fue. Pero no a ellos, por eso me conformaba con uno que otro almuerzo juntos como familia al mes, sólo compartíamos realmente en las vacaciones de verano, desde siempre, desde que tengo uso de razón, pero luego se hicieron más y más adinerados e importantes y hasta eso disminuyó; luego seguí la tradición con mi abu y les pedí que la casa de verano en Barcelona me la dejaran a mí, cuando supe que la querían vender, o utilizar el espacio para ampliar su complejo vacacional allá –Valentina abrió sus ojos sorprendida–, antes de que me preguntes, sí, todo lo que viste del conjunto vacacional es de ellos –se adelantó a responderle.