Destiny Blue (Terminada)

Novia

—Juls... Juls... ¿Amor te falta mucho? –escuchó a lo lejos.

"No... bueno, sí, no sé dónde anda mi coraje por allí... lo estoy buscando", pasó saliva mientras se terminaba de acomodar su traje frente al espejo.

—Cariño... falta poco. –volvió a gritarle Valentina desde la sala de su apartamento, tenía diez minutos esperando a la morena.

"!Oh cielos! Ahora sí, es definitivo saquito de huesos, es oficial pasaste a ser saco de gelatina... chanfle", dijo al ver como su reflejo de veía borroso.

—Mi amor –se apersonó Valentina a la habitación–, ¿por qué no respondes? –sonrió al ver el estado en el que se encontraba la morena.

—Hmmm... eh... yo... –balbuceó.

La rubia se acercó a ella abrazándola por la espalda. —Estás hermosa mi amor. –besó su cuello.

"Me desmayo... me voy...", en realidad sus nervios la tenían fuera de sí.

—Eres la mujer más hermosa que puede existir.

—¡No! –reaccionó– Eso sí que no corazón –se movió para quedar al frente de la rubia, posó sus manos en la cintura de ella y la rubia la abrazó sonriente por el cuello–. La más hermosa de todo el universo eres tú. –indicó y la besó tiernamente.

—Si te das cuenta que estás temblando, ¿verdad? –susurró al separar lentamente sus labios de los de Juliana.

—Yo... es que... –otra vez perdía el habla.

—No pensé que fueses tan cobarde amor. –rió divertida y le dio otros besitos.

—Si me das otros besitos así verás cómo me calmo. –respondió la morena entre besos cortos.

—Quisiera besarte toda la noche, pero no se va a poder, fíjate –apartó su rostro y la miró sonriente sin deshacerse del abrazo–, ya están por llegar. –indicó.

"Entonces así es como se sienten los ovarios en la garganta...", dedujo para sus adentros, pasó saliva por enésima vez. Su rostro de nerviosismo no lo podía controlar. —Quisiera hacerte una pregunta...

Valentina la vio con curiosidad, le sonrió, apretó su abrazo y le dio un hermoso beso, un poco más largo que los anteriores, para ver si podía calmarla, al culminarlo se separó. —Claro mi amor. –y esperó.

—Valentina Carvajal Borges –aclaró su garganta y se paró firme–. Mi hermoso universo azul, sé que es muy pronto y quizás no el momento adecuado, pero no puedo esperar más... –la miró fijamente y segura de sí, dijo– ¿Quieres darme el inmenso honor de ser mi novia?

Automáticamente la mejor sonrisa que había podido ver de la rubia se formó en su rostro, apreciaba como los hermosos ojos azules que la hechizaron desde el primer instante que la vio, brillaron como nunca antes. Fue celestial su apreciación, su corazón dejó de temblar para brincar de emoción.

—¡Claro que sí! –se abalanzó a besarla.

—Me haces la mujer más feliz del mundo.

—No, tú me has hecho la mujer más feliz desde que te conocí, eres la más hermosa sorpresa que el destino me pudo dar, mi angelito enviado por Dios... –volvió a besarla. Quería seguir hablando, pero un nudo se posó en su garganta y optó por reservarlo para ella, estaba feliz y era lo importante.

—Novia. –dijo con satisfacción.

—Muy bien pensado mi amor... Mi familia te conocerá hoy como lo que eres mi novia, la mujer que amo. –dijo feliz.