Confianza

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La claridad estaba haciendo que saliera de su sueño, poco a poco volvía a su conciencia, eran las siete de la mañana. Su cabeza le dolía, pero en medio de un quejido sintió algo más, la mirada de alguien sobre ella. Abrió los ojos lentamente, para acostumbrarse a la claridad y mientras lo hacía el dolor en su cabeza iba en aumento.

Dolor que calmó de repente al confirmar los ojos que sentía la estaban observando. Era Valentina, su princesa, quien estaba acostada de lado observándola fijamente.

Ella le sonrió, esa sonrisa junto con los ojos azules brillantes y la caricia de los rayos de luz de la mañana destacando su rostro, era, y juró para sí, la composición más linda que jamás en su vida había imaginado poder ver, y vaya que había admirado escenas hermosas, era su especialidad captarlas. Estaba rebosante de alegría, aunque no tuviese su cámara a la mano, estaba segura que jamás borraría esas imágenes, que estaba grabando cuadro por cuadro, mientras sonreía a la más hermosa mujer que había tomado de rehén a su corazón.

—Buenos días, dormilona. –saludó con una suave y hermosa voz, el sentido del oído de la morena se sumaba y comenzaba a grabar la hermosa melodía, junto a lo que ya era la más hermosa panorámica de su vida.

"Este es el cielo, ella es mi ángel, a su lado este es mi paraíso...", pensó, estaba tan extasiada que se le olvidó la resaca y que la rubia le había saludado.

—Juls... ¿estás bien? –preguntó con una sonrisa, claro que estaba bien, su cara era una poesía, su mirada denotaba que era el centro de las mejores emociones que pudiese concentrar cualquier ser humano. Valentina también estaba absorta a tan hermosa escena.

—Buenos días princesa –pudo emitir sonido, su voz era grave, hizo una leve pausa, sin dejar de mirarla tiernamente, estaba cautivada–. No tienes idea de cuánto quiero darte un beso... ¿me lo permit... –no terminó de hablar cuando la rubia se acercó y la besó, delicadamente, un beso tierno, tímido, pero hermoso. A su mar de sensaciones se unía el del tacto y el gusto, para que fuesen grabados también a toda su hermosa experiencia de ese despertar.

Valentina estaba igual que la morena, llevaba unos minutos despierta y admirándola, preguntándose y analizando lo afortunada que era en la vida para haber encontrado a una persona como ella.

Mientras el beso se alargaba, sin ninguna intención más de la que sentirse y transmitirse mutuamente las sensaciones que las envolvían, las manos de la rubia se posaban en el perfil del de la cara de la morena, quien a su vez posó una de sus manos en la cintura de la rubia. Se separaron para respirar, sin despegar sus frentes, ambas sonreían dichosas.

La morena seguía en su burbuja, todo se le olvidó, nada existía, ni el dolor de cabeza, pero prefirió separarse de la rubia, para darle un beso en la frente, por si acaso su aliento luego de tomar tanto alcohol le pudiese parecer desagradable, quería tratarla como una princesa, cada detalle le era importante.

Valentina aprovechó para esconder su cabeza en el cuello de la morena, ella entendió que debía acomodarse, y extendió su brazo para abrazarla, ahora estaban allí, abrazadas, Juliana embriagada inhalando el olor que desprendía la rubia, su cabellera, en ella, todo era perfecto. Completó la escena, sus cinco sentidos, nunca había apreciado tanto un momento hasta ese, justo ese, su despertar al lado de la empresaria Valentina Carvajal, la mujer que se adueñó de ella, se dio afirmó a sí misma lo perdida que estaba.

"Este es mi lugar, no me voy a separar de ti princesa, pase lo que pase en Madrid, tendrá que ser contra mi voluntad si esperas que me separe de ti...", se aseguró, mientras cerraba sus ojos y la apretaba más hacia ella.

Destiny Blue (Terminada)Where stories live. Discover now