Destiny Blue (Terminada)

Azul - Epílogo

Antes, GRACIAS infinitas a todos quienes hayan dejado sus mensajes en el capítulo anterior, el final, leí con emoción, significan mucho cada una de sus palabras. Y sus votos, por Ustedes es que siempre provoca seguir.

Sigamos, espero les guste.♥

***

Dos años después.

—Morrita, vamos con cuidado ahora son tres escalones —indicó con sumo cuidado Juliana mientras la guiaba a subir los escalones del porche de su inmensa casa.

—Odio que me trates como una inútil, Valdés —se quejó.

—Sí, si lo que digas, pero ya estamos cerca, no te esfuerces —respondió con desdén mientras colocaba la llave y la giraba para luego dar paso a su esposa.

Valentina pasó lentamente y se detuvo para quitarse su chaqueta y la bandana. Juliana hizo lo mismo, pero después de quitarle de la mano las prendas y guardarlo en el guardarropa.

—Sabes, creo que a veces exageras —comentaba la rubia mientras se quitaba los guantes de cuero. El frio del invierno en la Ciudad de Nueva York estaba en pleno apogeo.

—Cariño, solo soy cuidadosa.

La rubia viró los ojos, le entregó los guantes y se giró en su eje para adentrarse en su hermoso hogar; tenían allí casi un año; la morena la compró y se la regaló para celebrar el sexto mes de aniversario de casadas. Aprovechaba cualquier fecha para llenar de detalles a su esposa.

—¿Te apetece chocolate caliente? —preguntó cuando se adelantó para ayudarla a sentar en el lujoso y enorme sofá, Valentina jamás lo admitiría, pero necesitaba descansar.

—Me parece perfecto, con malvaviscos.

—La orden saldrá pronto, voy a encender la chimenea —Juliana le pasó el celular que había tomado del abrigo de la rubia antes de guardarlo.

Tomó la Tablet que fungía como control de la casa inteligente, encendió la chimenea a gas y colocó música navideña; estaba emocionada, en ese tiempo estaban a un par de días para la cena de Acción de Gracias, la primera en su hogar y toda la familia estaba convocada.

—Nunca pensé que me gustaría tanto esta época del año —comentó la rubia evidentemente alegre, el ambiente navideño lo sentía ya por doquier. Sus sentidos estaban más desarrollados. Ella estaba mucho más sensible a todo.

—Todo saldrá perfecto. —Se acercó y le dio un casto beso—. Nuestra familia va a pasar una semana de lujo.

—Todavía no sé cómo los has convencido a todos para que se queden hasta el encendido del árbol, es casi una semana de ocio.

—Parece mentira que aun dudes del poder de convencimiento que tiene tu querida esposa... —bromeó, le dio un beso en la nariz y se incorporó para ir hacia la cocina—. Regreso en un par de minutos con su antojo.

Valentina sonrió plenamente, le encantaba la idea de pasar una semana rodeada con el afecto de toda su familia, pues no se reunían todos desde el día de su boda. Y ese día para ellas fue más corto con ellos porque debían volar a Europa para su luna de miel. Los lazos estaban cada día más fortalecidos; sus suegros estaban al pendiente de ellas, la madre de Juliana había creado un excelente vínculo con la ojiazul, y el padre de Juliana se había reencontrado con su hija. Todo iba genial.

Los padres de Valentina seguían siendo sus padres ejemplares, pero el Sr. Carvajal había adoptado a Juliana como su hija también, no la trataba como a su nuera, sino como a su hija. Los hermanos de Valentina amaban a la pelinegra también y no se quejaban de nada en cuanto al rato preferencial que recibía por parte del patriarca; por ello todos habían aceptado gustosamente pasar esas mini vacaciones en la mansión Valdés—Carvajal.