Universos

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Juliana estaba en el balcón del pent-house, no podía dejar de pensar en los labios de la ojiazul, su princesa. Se abandonó en el mueble mirando hacia el infinito, fijo su vista en el cielo, y se dejó perder en el azul esplendoroso que se apreciaba aquella tarde, en el cielo neoyorquino; todo le parecía más excelso, más sublime.

Mordió su labio inferior y cerró sus ojos repasando cada sensación que llegó a ella por aquellos besos; el sabor; la textura; el tacto al movimiento; el perfume de Valentina y el color de sus ojos que brillaban como nunca, cuando apenas se separaron y la miró fijamente.

Mordió su labio inferior y cerró sus ojos repasando cada sensación que llegó a ella por aquellos besos; el sabor; la textura; el tacto al movimiento; el perfume de Valentina y el color de sus ojos que brillaban como nunca, cuando apenas se separar...

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"¡Oh por Dios! No puede ser... yo no... No, no puedo estar enamorada de ella... –ladeó su cabeza varias veces– ¡Vamos! Eso te pasa siempre, has sido impulsiva –tocó sus labios–, impredecible, desenfrenada. Así que no te confundas... ¿A quién le quieres mentir? –tomó su rostro– ¡Ya valí...!", se separó del espaldar del mueble en el que estaba, miró hacia los lados, quería gritar de emoción, pero también por frustración.

"No, no y no... Valentina no te va a corresponder –lamentó y cerró sus ojos–, vas a ahuyentarla, ahora mismo debe estar pensando cómo devolverme para México sin parecer descortés... ¡Rayos! Estropeé todo con la morrita –soltó un suspiro de lamento–, pero se lo haré más fácil...", pensaba.

Juliana tenía mil cosas revoloteando en su mente, desde que recordó las palabras de su amigo Mat, quien le advirtió que su amiga estaba pasando por un momento de separación, versión que ella misma le trajo a colación minutos antes, para dar razón a su rechazo.

Se levantó de aquel mueble y caminó hasta la habitación donde se estaba quedando, sus manos estaban sudando, se vio a sí misma como un manojo de nervios. Así no era ella, pero era la nueva versión de una Juliana enamorada, soltó un soplido y sonrió.

Pasados unos minutos se alistó para salir, tenía una reunión de trabajo y asuntos por definir. Se marchó del apartamento dejando una nota, al ver que Valentina seguía encerrada en su recamara, lo cual lamentó.

Valentina después de tomar su medicamento y darse una ducha, se sintió con ánimo de ser ella otra vez. Decidió salir y enfrentar todo como lo ha hecho en su vida, de frente y de una vez sin tanta divagación. Salió decidida a hablar con Juliana, debía aclarar todo. Lo necesitaba.

Al salir miró a las áreas comunes y encontró íngrimo el lugar. Divisó a lo lejos la nota en una de las mesas, se acercó con apuro a leerla. Luego la arrugó y salió en busca de su celular.

Mandó un mensaje urgente: "Te necesito, y no es un simulacro. Te espero en el lugar de siempre."

Minutos más tarde en un café cerca del Columbus Park, Valentina Carvajal estaba allí esperando pacientemente a la persona que hacía a veces las voces de su conciencia. Hasta que llegó, la saludó y se sentaron a charlar.

—Toma –llegó su amiga y se sentó quedando al frente, con dos cafés, le acercó uno–. Sabía que me ibas a llamar. -comentó tomando su primer sorbo.

Destiny Blue (Terminada)Where stories live. Discover now