Vakning einherjar

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EL DESPERTAR DE LOS EINHENJAR

┏━°⌜ 赤い糸 ⌟°━┓

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A ciento veinte kilómetros del Pozo de Urd

La noticia del asalto al congreso de los dioses corrió como la pólvora por todas las Civitas Magna.

Antes de que las señales de cable se desconectaran y cortaran las transmisiones en vivo que se hacían del interior del Pozo de Urd, todo el mundo había visto como las Valquirias Reales invadieron la Conferencia y como la Reina Valquiria gritaba un potentísimo "¡¡¡QUIETO TODO EL MUNDO!!!". Tras eso, el silencio mediático que borbotó un torbellino de histeria colectiva en toda la población. El tráfico se desvencijó, y muchísimos trancones se formaron en las avenidas más concurridas debido a que los humanos bajaban de sus coches para ver las enormes pantallas holográficas que emitían ruido blanco. Por todas partes se oían gimoteos enajenados, preguntas confusas...

Y, repentinamente, vitoreos impulsivos y arrebatados de toda pusilanimidad para destilar la mayor de las osadías ante todos los seres divinos que rondaban por aquellas plazas:

—¡La reina por fin ha actuado! ¡Nos va a salvar de la extinción! —gritó un hombre de la muchedumbre.

—¡Es tal como nos lo dijeron los agentes del Sindicato! —exclamó otro sujeto— ¡Los dioses nos van a destruir! ¡Y ella los está desafiando!

—Si la Reina y las Valquirias pueden hacerlo —espetó un tercer— ¡Entonces nosotros también podemos! ¡UNAMONOS COMO HUMANIDAD!

—¡UNAMONOS! ¡UNAMONOS! —empezaron a chillar gran parte de la gente conglomerada en aquella intersección de caminos. De todas las etnias multiculturales que albergaba la Civitas Magna, de todas las nacionalidades y costumbres, todos y cada uno de los humanos, encendidos por la vehemencia del desafío definitivo, gritaron como multitud en protesta blasfemias contra los dioses.

—¡VIVA LA REINA! —pregonó un sacerdote cristiano, alzando su cruz como si fuera una espada.

A pesar de la hostilidad de los Tornados Negros y las quemaduras de las lluvias de ceniza, a pesar de estar siendo vigilados tanto por Guardianes Angelicales como por cohortes de Guaridas Pretorianos, a pesar de estar recibiendo reprimendas de autoridades bajo el mandato de funcionarios dioses menores y de estar siendo vapuleados por los descarados demonios del Pandemónium quienes aprovechaban para tomar acción y abusar de los humanos...

A pesar de que la Civitas Magna estaba entrando en una espiral de disturbios y batallas campales entre mortales y seres divinos por todas sus calles, avenidas y callejones, la humanidad residente de la ciudad, por primera vez en su historia, estaba unida para luchar contra sus creadores y enfrentar sus falsas omnipotencias.

Record of Ragnarok: Blood of ValhallaWhere stories live. Discover now