Quezqui Acalpatiotl

291 25 286
                                    

EL PRECIO DEL PASADO

┏━°⌜ 赤い糸 ⌟°━┓

🄾🄿🄴🄽🄸🄽🄶

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

___________________________

1
___________________________

≿━━━━༺❀༻━━━━≾

ᴠᴏʟᴜᴍᴇ : ▮▮▮▮▮▮▯▯▯

|◁ II ▷

En las fronteras de las murallas de la Civitas Magna.

A Randgriz nunca le había agradado la vista de los vagabundos.

En la Autopista Moctezuma que llevaba hacia Tláhuac, poblaban cientos de ellos, errando de un lado a otro sin propósito en la vida. Buena parte de ellos eran ciudadanos de la propia Civitas Magna que lo perdieron todo, ya sea a causa de la Segunda Tribulación, o de otras causas externas. No obstante, con las recientes crisis agrarias, muchos mesoamericanos de los poblados exteriores perdieron sus hogares, volviéndose ellos vagabundos también y ahora acumulándose cerca de las enormes murallas grises, exclamando y suplicando por ayuda a los gobernantes de la ciudad. La ayuda humanitaria de parte de la Multinacional Tesla ya estaba encargándose de ello; llegaban en caravanas camionetas y tráileres, saliendo de los gigantescos portones de las altas murallas, y el personal repartía comida y otras provisiones hacia los aztecas, mayas, incas y tantas otras etnias. Luego de eso les indicaban que los siguieran para establecerlos en campamentos de damnificados, y se los llevaban en aquellos vehículos.

Pero a pesar de toda la ayuda que recibían, la mente cínica de Randgriz pensaba el por qué los estaban ayudando. No era que fuese una sin corazón para pensar en ello. La Valquiria Real sencillamente creía que no había salvación para esta gente, y que no había punto en mantenerlos aquí vagabundeando a la espera de la lenta muerte. ¿Para qué vivían? ¿Y por qué?

Acicalada en su habitual vestido blanco de bordados azules y broche azul a la altura de su cuello, Randgriz cargaba un grueso bolso donde llevaba todo el material que necesitaba para el viaje. Ropa azteca, dinero para buscarse un alojamiento seguro, sus anillos mágicos y hasta un pasaporte falso si las aduanas decidían joderla en el camino. Pero incluso con lo bien equipada que estaba y toda la experiencia y práctica que había acumulado para este momento, Randgriz no paraba de sentir aquel nudo de inseguridad que la estuvo atragantando todo el camino hasta este lugar tan árido de barrios y montículos de chabolas, calles sucias y muchas personas vestidas en harapos, hasta el punto de no poder diferenciar entre una persona normal y un vagabundo.

La Valquiria Real estaba de pie y subida en lo alto de una cisterna donde oteaba toda la vista panorámica de las murallas y de los barrios pobres. Algunas de ellas se encontraban en remodelación, por lo que se podía ver a los obreros trabajando en el hormigón y también el exterior árido que separa la modernidad de la ciudad de los yermos.

—¿Qué haces allá arriba, Randgriz-Onee-San?

Randgriz se dio la vuelta y vio a Geir Freyadottir ascender por las escaleras hasta alcanzar la cima. La Valquiria de pelo rosa caminó alrededor de la plataforma hasta ponerse al lado de ella.

Record of Ragnarok: Blood of ValhallaWhere stories live. Discover now