Record of Ragnarok: Blood of Valhalla

Capítulo 6: Bajo la mirilla

┏━°⌜ 赤い糸 ⌟°━┓

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ᴠᴏʟᴜᴍᴇ : ▮▮▮▮▮▮▯▯▯

|◁ II ▷|

Región de Pars. Cerca del Lago Busko Jezero

Las llanuras planas de Pars eran iluminadas por los tenues resplandores del cielo estrellado. El Lago Jezero murmuraba sus aguas pacíficamente, transmitiendo sus olas de tranquilidad al estático bote con hombres que estaban pescando. Uno de ellos se encogió de hombros, suspiró y retrajo el hilo de su caña. Su compañero se lo quedó viendo, extrañado.

—¿Qué haces? —inquirió.

—Volvamos a casa, hermano —dijo el otro pesquero, plegando la caña sobre sí y poniéndola sobre la superficie del bote—. Ya los peces están dormidos. Y nosotros deberíamos hacerlo también.

—Oh, venga ya, ni llevamos mucho tiempo aquí —el hermano mayor (por su barba tupida y arrugas pobladas) agitó su caña de pescar con su hilo aún sumergido en el mar.

—Revisa tu reloj —gruñó el hermano menor, acomodándose el sombrero de paja—. Llevamos aquí ya dos horas y media. Mi esposa ya debe pensar que nos comió un cocodrilo albino.

—A tu esposa le encanta exagerar a veces, ¿sabes?

—Igual que tú, pero tú eres más discreto —el hermano menor tomó asiento cerca del motor del bote y agarró la palanca de arranque—. Mañana en la mañana retomamos, y veras que si pescaremos muchos, ¿ok?

—Solo... cinco minutos más, ¿si, hermanito?

—¿Es que a ti no te domina el sueño?

—Estamos en el mundo de los dioses, pero hasta el momento no he invitado a Morfeo a tomar una taza de café...

El hermano menor no pudo evitar sonreír y carcajear un poco, solo para al instante borrar la sonrisa y clavar sus ojos serios y con ojeras en su hermano. Pero antes de poder decir algo, su hermano emitió un jadeo de sorpresa al sentir como su caña era tironeada repentinamente.

—¡Oh! ¡¿Ves esto, hermano?! ¡Y encima es una fuerte por cómo me está jalando!

De repente, el bote empezó a tambalearse.

—¡Déjate de comentarios de doble sentido y trae ese pez para acá! —exclamó el hermano menor, que en seguida jaló la palanca del motor y este empezó a gruñir con potencia.

El hermano mayor jaló y tironeó hacia atrás su caña de pescar, combatiendo ferozmente contra aquella bestia marina que tanto lo empujaba. Tras unos intensos segundos de batimientos, las sacudidas se detuvieron, y el hermano mayor, con una atorrante sonrisa de oreja a oreja, empezó a girar la manivela a toda velocidad.