Capítulo 27

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CORALINE NOWELL.

Siento que estoy flotando en una enorme nube de felicidad y no quiero bajarme nunca de ella, Bastian me hace muy feliz. Me hace sentir muy valiosa y querida, ha estado justo en los momentos en que más he necesitado de alguien y no me ha dejado caer.

Y ahora somos novios.

Dios, ¿acaso estoy viviendo en un sueño o una novela? Porque se siente tan irreal como uno de ellos. La manera en que nos hicimos novios no fue la más romántica, lo admito, pero para mí fue perfecta ya que a mis ojos Bastian lo es.

Leo una vez más lo que llevo del informe que estoy escribiendo para una de las clases de mañana y guardo el documento al no encontrar alguna falla ortográfica y verificar que la información esté bien. Mi vida literalmente se está yendo al carajo, pero al menos sigo teniendo buenas notas y no he descuidado mis estudios.

Creo que sería una de las cosas más estúpidas que podría hacer, junto con seguir en negación y no querer denunciar a mis agresores porque en algún momento fuimos cercanos. Sí, lo que estoy cometiendo es un error, uno del que en un futuro estoy malditamente segura que me arrepentiré de no haber actuado en el momento que debí.

Y como pensé días atrás, tengo que dejar de rechazar la ayuda de mi ahora novio, porque estas oportunidades no se presentan dos veces en la vida. Aunque odie admitirlo porque soy orgullosa, Bastian tiene toda la razón del mundo y yo estoy siendo una tonta.

Respiro profundo y alzo la mano para tocar la puerta de su habitación, pero me abstengo al escuchar que está hablando con alguien y doy media vuelta y comienzo a caminar hacia la sala de estar, no voy a quedarme a escuchar una conversación detrás de la puerta, está mal.

—Hola, Brandon —saludo a mi compañero de piso y él deja de hacer lo que sea que estaba haciendo y voltea a verme sonriéndome con picardía como si él supiera algo, pero le ignoro, mi amigo suele ser bastante tonto—. ¿Cómo estás?

Tomo asiento en el sofá grande de tres plazas y agarro el control de la televisión y la enciendo, quiero distraerme viendo algún programa porque no tengo nada que hacer en este instante. Aún no he recibido respuesta de la putipágina sobre la situación de Abraham, debería volver a enviarles un e-mail para que tomen cartas en el asunto de una vez por todas, mi ex mejor amigo rompió varias cláusulas de confidencialidad que firmó con la página al crear su cuenta, divulgando el contenido que se vende allí y acosando a una modelo fuera de la plataforma.

—Tierra llamando a Coraline —dice Brandon con diversión y yo le miro con vergüenza, debí haberme quedado absorta en mis pensamientos y no escuché lo que me decía—. Estoy bien, cuñada ¿y tú cómo estás?

—Muy bien, cuñado —contesto, siguiéndole el juego. Es verdad que estoy bien, tengo días estándolo desde que cuento con el apoyo de Bastian. Uh, con él todos mis problemas se hacen más ligeros y me hace sentir mejor—. ¿Cómo va todo? ¿Has sacado buenas notas? Recuerda que debes hacerlo para que me prestes tus trabajos y yo pueda copiarte.

Brandon comienza a reírse y niega con la cabeza, divertido.

—Para tú ser también estudiante de derecho, te gusta hacer cosas bastantes ilegales y a mí me gusta ayudarte a llevarlas a cabo, cosa que me hace tu cómplice —comenta con burla, toma su laptop de la mesa del comedor y camina hacia donde estoy, sentándose a el mismo sofá que yo—. Todo ha ido relativamente bien y he sacado buenas notas, que es lo importante. Algo que me viene como anillo al dedo porque así mis padres no están echándome la bronca cada dos segundos por ser un bueno para nada que solo se gasta su dinero y no hace bien lo que debería.

—¿Eso sucede a menudo? —Pregunto con cautela, no quiero meter la pata con el otro chico que se ha portado bien conmigo pese a saber todo el problema con Abraham y Katherine—. Perdóname si fue imprudente mi pregunta.

El secreto de Coraline ©Where stories live. Discover now