Capítulo 31

142 11 2
                                    

Bastian Davies.

Cumplimos lo que le prometimos a Drake sobre hacer reír tanto a su madre hasta el punto de olvidar lo mal que se siente y disfrutar de sus últimas horas junto a sus hijos y familiares más allegados.

Sin embargo, llega la hora programada para la eutanasia y salimos casi todos de la habitación, excepto mi amigo, sus hermanos y padre, quiénes la acompañarán hasta que se duerma. Siento mi corazón muy roto por todo lo que está viviendo Drake, aun no entiendo por qué no nos dijo nada desde el instante en que la enfermedad de su mamá se agravó para estar junto a él brindándole nuestro apoyo.

—Ahora más que nunca tenemos que estar junto a Drake y su familia —susurra Ian, limpiándose las lágrimas que ruedan por sus mejillas—. Demostrarles con nuestro apoyo que somos buenos amigos y que pueden contar con nosotros siempre.

Asiento sin fijarme siquiera si Ian se dio cuenta, no puedo apartar mis ojos de la puerta de la habitación frente a nosotros. Me duele lo que están atravesando esas personas allí dentro y de tan solo pensar que podría ser mi madre la que esté postrada en esa cama hace que sienta una opresión durísima en mi corazón.

—Ya debe estar por dormirse, le deben de quedar aproximadamente unos cinco minutos de vida —añade en voz baja Brandon—. Imagino que ha de ser muy duro estar ahora mismo dentro de esa habitación y fingir ser fuerte para que no abandone el plano terrenal estando preocupada por ellos.

Miro a mis amigos y todos lucen afectados por la situación, yo debo de estar igual. Se siente super lejano el haber estado tan feliz hace menos de catorce horas porque mi chica y yo nos confesamos cómo nos sentimos el uno por el otro, el desenlace trágico en la historia de amor de Katherine y Abraham y nuestra cita a la orilla del mar. Toda esa felicidad fue mandada muy lejos cuando supe de la delicada situación familiar de mi amigo y al darme cuenta que fui un mal mejor amigo con Drake.

Nunca me preocupé por él o por preguntarle cómo estaba su mamá simplemente porque asumía que estaban bien al verlo tan bien. Fui un pésimo amigo.

—A Drake le va a costar mucho recuperarse de esta pérdida, ustedes saben que para él su mundo es o era su madre, desde que lo conocimos siempre ha sido así —comento con congoja y cierro los ojos cuando escucho el grito agudo de la hermana pequeña de mi amigo, señal de que lo inevitable ya sucedió.

—¡No, mami, no! ¡Despierta! ¡Abre tus ojitos, por favor! —Dice a gritos la niña, sollozando muy fuerte—. ¡Papá, ¿por qué mamá no despierta?! ¡Mami, dime algo!

Se escuchan susurros y sollozos lastimeros salir de esa habitación y yo me encojo en la silla de metal, intentando hacerme pequeñito mientras comienzo a llorar en silencio. Cubro con mis manos mis oídos para no escuchar más, la situación me sobrepasa. Nunca había vivido tan de cerca una situación así y mucho menos el escuchar el llanto y gritos de una niña que no entiende por qué su mamá no despierta.

Brandon me abraza y juntos lloramos la pérdida de la familia Hale. La señora Sophie siempre se comportó como si fuera nuestra madre durante todos los años que hemos sido amigos de su hijo, realmente me duele esto.

—¿Quieres que vayamos a comprar una bebida y regresemos? —Inquiere Brandon en voz baja y sorbe su nariz—. Me preocupa que estés llorando tanto, sabes que tu pulmón no está del todo bien y puedes terminar hospitalizado, comprendo tus sentimientos y lo mucho que te afecta esto, pero debes pensar un poco en ti mismo y en tu salud. Además, dudo mucho que a Marie le haga feliz saber de su hijo porque tuvo una recaída.

Asiento, dándole la razón e intento acompasar mi respiración, mamá se preocuparía muchísimo si cualquiera de mis amigos la llamara para informarle que estoy hospitalizado y lo menos que quiero es causarle dolores de cabeza y problemas, suficientes tiene con los suyos como para yo también darle más.

El secreto de Coraline ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora