Capítulo 11

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N/A: Leer capítulo escuchando la canción Who de Lauv feat. BTS

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Bastian Davies.


—Bastian, mira quién viene allí —dice Brandon en voz baja para que solo yo escuche, miro disimuladamente hacia la dirección que señala con su palito de pan y aprieto los labios al ver a Aiza caminar hacia la mesa que ocupamos con una enorme sonrisa en su rostro—. Oh, mierda, se te juntó el ganado amigo mío, porque Coraline también está viniendo hacia acá.

Lo miro con confusión al no ver por ningún lado a nuestra compañera de piso y señala su móvil, capto de inmediato que le ha avisado por ese medio. Me pongo de pie y bebo lo último que quedaba en mi vaso del jugo de naranja, sé que es a mí a quién busca porque ni sus amigas o nuevo novio están por aquí.

—Intentaré hablar con ella lo más rápido posible y hacer que se marche, no quiero que Aiza le busque problemas a Coraline porque sé que esta vez terminarán golpeándose —comienzo a caminar hacia donde la rubia me espera con una sonrisita maliciosa en los labios.

Respiro profundo y exhalo con lentitud armándome de paciencia, estos no han sido días buenos y lo último que quiero es pelear con ella y tratarla mal. Podré ser bastante facilón algunas veces, pero no un patán.

—Bastian, me genera un gran placer verte —musita con un tono de voz sensual y se muerde el labio inferior recorriéndome de pies a cabeza con la mirada—. ¿Cómo estás?

Sonrío con suficiencia y me tomo mí tiempo para contestar, haciéndole lo mismo que me hizo segundos atrás: recorrer mi cuerpo con la mirada. Aiza es preciosa y ella lo sabe, es consciente de su belleza y segura de sí misma, cosa que la hace aún más atractiva.

—Estoy bien ¿y tú cómo estás?

—Excelente, cariño. Iré directo al punto porque no tengo mucho tiempo, tengo que ir a clases en unos minutos, así que aquí voy, mi novio y yo queremos conversar contigo y hacerte una proposición —dice mirando sus uñas con inocencia, frunzo el ceño y espero que termine de hablar—. Tienes hasta el domingo para pensar en una respuesta, sea cual sea tu decisión, házmela saber.

Termina de acortar la distancia entre nuestros cuerpos y apoya uno de sus brazos en mi pecho y con el otro baja mi cabeza y me besa, no le correspondo el beso y me alejo de ella con rapidez.

— ¿Por qué hiciste eso? —Inquiero con molestia y limpio mi boca con una servilleta que tenía en mi mano.

—Tus labios se ven tan apetecibles y no me pude resistir a ellos —doy un paso hacia atrás y niego con la cabeza, respiro profundo y dejo ir el aire con lentitud.

Solo quiere jugar conmigo y hacerme perder la cabeza al besarme y aunque odie admitirlo, es muy buena haciéndolo y yo cayendo con facilidad en sus juegos. Aiza evalúa cada gesto que hago con un poco de confusión en su rostro y suspiro con resignación, supongo que no esperaba que me alejara con brusquedad ni que no le correspondiera el beso.

—Soy consciente de que nuestra relación no terminó bien y que lo único que he hecho desde entonces ha sido arruinar todo contigo, sé que de seguir así terminarás odiándome y es lo que menos quiero en este mundo porque fuiste y sigues siendo una persona muy especial para mí —murmura con la voz un poco enronquecida por el llanto que intenta contener—. Mierda, ni siquiera debería estar aquí, buscándote y siendo egoísta, pero voy a decirlo de una vez por todas ya que el daño está hecho. Aún siento cosas por ti, Bastian.

El secreto de Coraline ©Where stories live. Discover now