Capítulo 14

1.5K 238 119
                                    

Coraline Nowell.

Sonrío ampliamente al ver a Abraham venir hacia mí mientras hace el intento de no dejar caer el montón de cosas que trae sobre algunas carpetas, tenía semanas sin verlo o saber algo suyo hasta hace un par de horas que me llamó y pidió que nos encontráramos a la hora del almuerzo.

Se le caen algunos sobres y me pongo de pie de inmediato, sé que no me ha hecho algún gesto pidiéndome que le ayude, pero tengo que ir a ayudarle, es mi mejor amigo y siempre estaré allí para él.

Doy largas y rápidas zancadas hacia donde está Abraham tratando de levantar del suelo los sobres, aunque lo único que logra es que se le caigan más cosas, tonto. Comienzo a reírme y él enarca una de sus pobladas cejas al verme frente a frente mientras que una lenta sonrisa se va apoderando de sus labios.

Deja caer todo y termina por acortar la distancia que nos separaba y nos abrazamos muy fuerte durante minutos, lo extrañé más de lo que imagina.

—Te extrañé —susurra en mí oído sin dejar de abrazarme—. Demonios, no sabes cuánto te extrañé, Coraline.

Lo abrazo con más fuerza y lo escucho quejarse soltando una risita, nunca habíamos pasado tanto tiempo sin vernos luego de los meses en que estuvimos separados después de la muerte de Alexandra.

—Y yo a ti —susurro de vuelta y rompo el abrazo alejándome un poco, observo su rostro con detenimiento y sigue siendo igual que antes pero su mirada no, algo cambió—. ¿Cómo has estado?

Me arrodillo y recojo la mitad de sus pertenencias y él toma la otra y nos levantamos, comenzamos a caminar hacia la mesa que estoy ocupando en silencio.

—No muy bien, han sucedido un par de cosas que me han hecho perder de vista lo más importante para mí, ¿sabes? —Respondió mirando las pertenencias que lleva en sus manos—. Por favor, no me preguntes qué fue lo que pasó porque no estoy listo para hablar de ello.

Asiento y coloco los sobres que llevo en mis manos en la mesa y me siento en el mismo lugar que antes, hace lo mismo y le hace una seña al mesero para que se venga a tomar nuestro pedido.

—Está bien, cuando estés listo para hablar de ello, no dudes en decírmelo, estaré para escucharte y ayudarte en todo lo que necesites, jamás dudes que te amo y que eres una de las personas que más aprecio y valoro, hermanito —contesto y le sonrío con cariño—. ¿Cómo va tu noviazgo con Katherine?

Suspira y en su rostro se dibuja una tierna sonrisa que me hace querer chillar de la ternura, por lo menos todo entre ellos todo va bien y me alegro por ello.

—De maravilla, ella ya me presentó a sus padres como su novio y yo hice lo mismo con los míos —asiento sonriendo y hago un gesto con mi mano para que continúe—. Ella te extraña a ti y a Steph. Coraline, no hay día en que no me diga lo mucho que se arrepiente de haberles dicho eso para hacerlas sentir mal.

—Me alegra saber que todo está yendo bien, cariño —digo con honestidad y le guiño un ojo—. Creo que si estuviese tan arrepentida como dices, habría hecho el intento de disculparse o por lo menos nos hubiese enviado un mensaje.

Un suspiro tembloroso abandona su cuerpo y se estira sobre la mesa, toma un sobre y me lo tiende, lo agarro con duda y me insta a leer las letras que están escritas en el borde del mismo.

Para: Coraline Nowell.

De su tonta, imprudente e impulsiva amiga, Katherine Wood.

—¿Qué es esto? —Pregunto un poco desconcertada—. Abraham, no bromees con esto.

—No seas tonta, jamás haría una broma de algo tan delicado como la amistad que tenían —dice con obviedad y pone los ojos en blanco—. Ábrelo.

Hago lo que me pide y espero unos segundos esperando que salga algún animal del sobre, Katherine y Abraham son buenos haciendo bromas pesadas, pero cuando juntan sus cerebros para trabajar en una, hay que tenerles miedo, pueden llegar a ser bastante peligrosos.

El secreto de Coraline ©Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz