Capítulo 34

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Bastian Davies.

Pese a que me haya molestado en un principio la interrupción de Brandon y Kaia en la azotea, fue lo mejor que pudieron hacer. No quiero que nuestra primera vez sea en un lugar con tan malas condiciones.

Me costó muchísimo controlarme cuando se cerraron las puertas del elevador y mis amigos desaparecieron, quería quitarme la ropa para seguir adorando el cuerpo de mi preciosa novia y luego hacerla mía, me encantó ver cómo se retorcía de placer, gemía y me pedía más.

Apoyo la cabeza contra los azulejos de la ducha mientras cae el agua fría sobre mi cuerpo y me ordeno dejar de pensar en lo que sucedió allá arriba o nunca se me va a bajar la erección. Escucho que abren la puerta del baño, la cierran y bajan la tapa del escusado.

—Perdona que los hayamos interrumpido, no pensé que estarías con Coraline en esa situación tan intima. Ella nos había invitado a hacerle compañía en vista de que tú no regresaste con nosotros e intuyo que no quería estar sola —dice en voz baja mi mejor amigo y relajo los hombros—. Por cierto, ¿en qué momento llegaste?

Bostezo de manera sonora y cierro la llave de la regadera, tengo sueño y me siento algo frustrado sexualmente, tomo la toalla y la pongo alrededor de mi cintura para luego abrir la puerta de vidrio y ver a Brandon sentado en el escusado. Apoyo mi hombro contra la pared, recargando mi peso sobre este.

—No te preocupes y de cierta forma lo agradezco, no era el lugar idóneo para tener nuestra primera vez, ¿sabes? —contesto y vuelvo a bostezar, tengo mucho sueño—. Llegué en el instante en que ella iba saliendo del apartamento, así que nos fuimos juntos a la azotea.

Veo el remordiendo surcar sus facciones y le doy una sonrisa tranquilizadora a mi amigo, no estoy molesto. Agarro mi bóxer del lavabo y me lo coloco, luego me quito la toalla y termino de secar mi cuerpo.

—¿Crees que Drake y su familia vayan a estar bien? —Inquiere con preocupación y yo me encojo de hombros—. Nunca vi a seres tan destrozados tras la muerte de un familiar como a ellos, se nota que la amaban demasiado.

Frunzo el ceño con preocupación y niego con la cabeza porque no tengo una respuesta a su pregunta.

—No lo sé, Brandon. El proceso de sanación de cada persona es diferente, tal vez les tome semanas recuperarse, meses o incluso años. Sin embargo, lo único que podemos hacer es estar para ellos y brindarles nuestro apoyo incondicional —contesto y me aplico desodorante en las axilas—. Ellos se amaban con locura, han sido la familia más unida y amorosa que he tenido el placer de ver interactuar en mi vida. Ni siquiera mis padres fueron así en su momento, porque sino no habrían puesto sus ojos en otras personas y no se habría desintegrado nuestro hogar.

Por más que mis papás intenten hacernos creer que lo que hicieron estaba bien, no lo está y nunca lo estará. Lo veo como una falta de respeto hacia ellos y el matrimonio que tenían, ¿cómo pudieron en primer lugar poner sus ojos en alguien más cuando la otra persona con la que estaban casados se moría de amor por ellos? Qué poca responsabilidad afectiva se tenían.

He pasado un tiempo pensando en la relación de mis padres y en las parejas que han tenido, específicamente desde que desperté del coma y mamá me contó sobre la ruptura que tuvo con Anna, su ex novia y lo destruida que estaba. Ellos son el claro ejemplo de que la falta de amor, compromiso y responsabilidad afectiva pueden destruir un hogar.

Siempre he sido bueno ocultando mis sentimientos para no afectar a los demás o darles oportunidad para que se metan en mi vida, incluso desde que era un niño fui así. Pero solo Dios sabe lo mucho que sufrí y lloré en las noches cuando estaba acostado al ver las cosas tan mal y escuchar las peleas de mis padres cuando ellos creían que estaba dormido.

El secreto de Coraline ©Where stories live. Discover now