Capítulo 32

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Coraline Nowell.

Hace unas horas decidí que hoy transmitiré en vivo, bloqueé el usuario de Abraham y acepté unas noventa solicitudes de personas que quieren pagar para poder ver mis transmisiones. Entre más individuos pagando por verme hacer cosas sucias, mucho mejor para mí, más dinero a mi cuenta bancaria entrará.

Retoco mis labios con una pintura rojo pasión y sonrío, me encanta lo que veo. Plasmé sobre mi piel el arte que siempre hago en pieles sintéticas y luce tan bien, tan bonita que me da muchísima pena tener que quitármela en un par de horas. Me queda muy bien mi maquillaje artístico de gatita.

No tengo qué preocuparme porque mi novio y Brandon me escuchen gemir, ya que ellos se fueron hace un rato a casa de Drake a acompañarlo en su duelo y no volverán hasta la noche a descansar. Así que, si quiero, puedo transmitir dos veces el día de hoy.

Dejo el labial sobre la peinadora y volteo a ver la habitación, todo está en su lugar. No hay objetos personales a la vista, solo un par de lámparas de lava que compré hace poco en las mesitas de noche que le dan un poco de color a la pared blanca detrás de ellas y nada más.

Gradúo la intensidad de iluminación de los aros de luz para crear un buen ambiente, dejando la iluminación algo tenue, pero que se vea bien la cama y ajusto los ángulos de visión de las cámaras, ya todo está listo para llevar a cabo mi trabajo, solo debo pulsar sobre el botón «comenzar transmisión en vivo» y todo habrá comenzado.

Pongo a reproducir mi playlist de Doja Cat para sentirme bien empoderada y va perfecta para el momento, pues lo que canta son cosas netamente sexuales y me encanta. Te amo, Doja.

Coloco sobre la cama los juguetes que voy a utilizar y luego me subo sobre la misma posando en cuatro, arqueando ligeramente mi espalda y volteando a ver la cámara que me enfoca desde atrás justo en el instante en que se termina el tiempo del temporizador.

Cambio de posición unas cuatro veces y me levanto, camino hacia mi escritorio y reviso las fotos. Todas me gustan y serán con las que invite a mis suscriptores a unirse a la transmisión en vivo que llevaré a cabo en unos minutos. Selecciono las fotos y comienzo a escribir mi mensaje de invitación.

«¿Te gustaría jugar conmigo en unos minutos? Porque a mí me encantaría hacerlo contigo».

Presiono «publicar» y voy a sentarme en el borde de la cama e inicio la transmisión, ahora solo toca esperar que comiencen a pagar por unirse.

«Luces, cámara, acción».

Sonrío con amplitud al escuchar el inconfundible sonido de la caja registradora y me doy un último repaso, también me gusta mucho la lencería que tengo puesta y combina con mi maquillaje de gatita. Hoy decidí hacerle honor a mi usuario.

La verdad es que me emociona bastante realizar la transmisión, ya no lo siento como algo de lo que tenga que avergonzarme y eso es gracias a mi querido novio, lo mejor que me pudo pasar en muchísimo tiempo y el ser que me hizo dar cuenta que aún quedan personas buenas en este mundo que te pueden ayudar sin dobles intensiones o con el propósito de conseguir algo de ti.

Comienzo a acariciar mi cuerpo tentativamente y sonriendo de forma lasciva, en tanto más usuarios siguen pagando por ver la sesión. Si los cien usuarios a los que les permití pagar por verme en vivo compran el pase de entrada, tendré mil dólares en la cuenta apenas finalice todo.

Reajusto el micrófono inalámbrico que está enganchando a mi oreja y con mis dedos índices delineo el contorno de mis pezones y voy bajando hacia mi abdomen, la anticipación y las ganas de tocarme me tienen un poquito ansiosa.

El secreto de Coraline ©Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang