6. La venganza

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Los padres de Aurora la habían obligado a sentarse junto a James y Sirius durante el trayecto, algo que a ella no le hizo demasiada gracia

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Los padres de Aurora la habían obligado a sentarse junto a James y Sirius durante el trayecto, algo que a ella no le hizo demasiada gracia. Tuvo que pasar todo el tiempo escuchando aquellas absurdas conversaciones sobre las bromas del curso.

Al llegar, James no soltó a su hermana de la mano hasta que no tuvo más opción en el Gran Comedor. Se sentó con sus amigos en la mesa de Gryffindor y hablaron de que aquel sería el año en el que, por fin, tres de ellos se convertirían en animagos.

Aurora llegó a la mesa de Slytherin y abrazó a Regulus nada más verlo.

—Reggie, tenemos que hablar. Hay un problema.

—Creo que me lo puedo imaginar —dijo, mirando a Sirius desde la lejanía—. Ahora, vamos a cenar y hablamos en la Sala Común.

Y eso hicieron. Nada más terminar, Aurora, Regulus, Narcissa, Lucius y Severus se sentaron junto al hogar de la Sala Común de Slytherin. Ella les contó todo lo que sucedió a principios de su verano y lo que sus padres la habían obligado a hacer.

—¡No pueden sacarte de la escuela! —negó Narcissa—. No es justo. ¡Y yo no puedo perder a mi mejor amiga!

—Yo tampoco quiero irme. Sois mis amigos y no me pueden obligar a dejaros —contestó Aurora.

—Te prometo que lo resolveremos —afirmó Lucius Malfoy con decisión.

—Espero —susurró.

—No nos pueden separar —le dijo Regulus.

—Es lo que menos quiero —confirmó Aurora, que abrazó a su chico sin poder quitarse de la cabeza que podría ser su último abrazo.

•••

En el Gran Comedor, los Merodeadores de Gryffindor desayunaban antes de su doble clase de Historia de la Magia. Sirius no dejaba de mirar a la mesa de Slytherin con rencor, viendo reír a Regulus y Aurora.

—¿Cuándo dejarás de molestarlos? —preguntó Remus con pesadez.

—¿De qué hablas, Lupin? —contestó borde y con voz seca.

—De Aurora y Regulus. Admítelo de una maldita vez, Black: solo estás celoso de Reggie porque te enamoraste de Aurora. Fue un reto, el reto de que se enamorara de ti

—¿¡Qué!?

Aurora se había acercado a la mesa de los leones y había acabado escuchando la conversación.

—¿Tú ibas a...? —miró a Sirius furiosa.

—¡No, escucha! —negó él.

—¿Decís que iba a enamorarme y luego dejarme tirada como todas las chicas con las que ha estado, pero que los malos somos los Slytherin? —les echó en cara—. James, ¿en serio has formado parte de esto? Yo confiaba en ti.

Aurora Potter: la última Merodeadora (reescrito)Where stories live. Discover now