20. El novio secreto de Aurora

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James pensaba que Aurora llevaba rara unas semanas

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James pensaba que Aurora llevaba rara unas semanas. No solo Aurora, todo el mundo. Lily lo evitaba allá a donde fuera, Narcissa y Alice cuchicheaban de más, Marlene y Pandora lo seguían muchas veces. Aurora estaba en las nubes y Sirius cantaba canciones de amor mientras caminaba por los pasillos. No creía ser el único gilipollas que note que aquello estaba muy raro.

Incluso Lucius o Severus son capaces de notarlo. Unos días antes, Aurora salió del Gran Comedor tras la cena y le dio besos en las mejillas a "Quejicus" y "Barbie Malfoy". Literalmente. Fue una de las muy frecuentes veces que miraron hacia atrás y ellos y James cruzaron miradas. Sus ojos decían: ¿qué diablos le pasa? Y la James contestaba: yo qué sé.

Aún así, una tarde en la habitación de los Merodeadores de Gryffindor, todo transcurrió normal. Estaban los cinco Merodeadores sentados en el suelo. Aurora se sentó al lado de su hermano y Sirius justo en frente de ella.

Las conversaciones sobre sus clases eran tan alborotadores como siempre. Los chistes estaban presentes y las lluvias de ideas se convertían en tormentas como siempre. Más tarde, se dirigieron a cenar cada uno en su mesa correspondiente y luego se fueron a dormir.

James sabía que algo pasaba. No sabía el qué, pero sabía que había algo.

•••

—Estás como una cabra, Cornamenta —le espetó Remus a James tras salir de clase de Transformaciones.

—Te digo que sí —repitió.

—Y yo te digo que no —insistió Remus con aspecto cansado—. Aurora está normal, tío. Eres tú el único que no lo ve.

—Algo va mal y lo sé. Incluso Sirius ha dejado de salir con medio Hogwarts. Estoy seguro de que Sirius sabe algo, Remus.

—Eso es que se ha aburrido. Suele pasar cuando acabas con toda esa mitad de Hogwarts y eres un tío hetero.

James llevaba una semana dándole la tabarra a Remus sobre su loca idea de que Aurora tenía un romance secreto. No podía hablar con Sirius porque pensaba que los estaba ayudando a ocultarse o que, como mínimo, estaba metido en el ajo. Él también estaba demasiado raro. Igualmente, intentaría sonsacarle información en las comidas.

Se dirigieron a Pociones con Slughorn. No podía ser peor la suerte para Remus que a su profesor no se le ocurrió mejor día que aquel para preparar Amortentia.

—¿A qué huele la tuya? —le preguntó Remus a James.

—A Lily.

Sirius se puso a aplaudir irónicamente.

—¿En serio? ¡No me digas! —exclamó—. A mí me huele a MARILYN MONROE.

Aurora Potter: la última Merodeadora (reescrito)Where stories live. Discover now