17. Felices catorce

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Era la mañana de su catorce cumpleaños, un 4 de febrero

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Era la mañana de su catorce cumpleaños, un 4 de febrero. Era un sábado frío de invierno con la nieve brillando en el suelo. Aurora seguía durmiendo en su habitación de Slytherin y Narcissa no estaba.

La puerta del cuarto se entreabrió y los Merodeadores de Gryffindor entraron de puntillas. Se aproximaron a la cama y admiraron a la chica. Se veía como la Bella Durmiente, con sus rizos de oro y ojos azules cerrados, mejillas sonrosadas y labios carnosos suspirando.

Sirius sonrió enternecido y pasó su dedo inocentemente por su rostro.

—Aurora... —canturreó—. Despierta, Mariposa, es tu cumpleaños.

—Hermanita, vamos —la llamó James desde su otro lado.

Aurora se removió entre las sábanas y pasó su brazo por encima del estómago de Sirius. Al muchacho se le puso la cara rojísima y comenzó a sudar.

—¡Aurora! ¡Vamos, nena! —James la sacudió un poco más fuerte—. ¡Cumples catorce años, hermana!

—James... —suspiró ella, tallándose los ojos. Se enderezó y sonrió.

—¡Feliz cumpleaños, hermana! —James la abrazó—. Vas a pasar el mejor cumpleaños del mundo.

—Gracias —sonrió.

—Ten, las cogimos para ti —Remus le tendió un ramo de flores.

—¡Violetas! Mis favoritas —afirmó, oliendo el ramo.

—Ey, escucha —le dijo James—. Nos vemos en nuestra Sala Común a las cinco de la tarde. Tienes toda la mañana para prepararte.

—Nos vemos.

James se despidió con un beso en la frente. Los Merodeadores se fueron y ella e quedó sola y pensativa.

Durante el desayuno, Aurora recibió muchas felicitaciones y una larga carta de sus padres en la que le deseaban un muy feliz cumpleaños. Estaba relajada y feliz. Planeaba ir a Hogsmeade por la mañana y volver a tiempo para prepararse e ir con sus amigos.

Aurora estaba de camino a Hogsmeade cuando Lucius Malfoy y Severus Snape la sorprendieron.

—Buenos días, amiga —sonrió el peliblanco—. Vamos a Honeydunkes. Ven con nosotros.

—Eso. Hoy es tu cumpleaños —afirmó Severus—. Nosotros invitamos.

Los tres Slytherin se dirigieron a la tienda de Honeydunkes, donde compraron un cargamento de golosinas. Tras esa parada, fueron a Zonko. Ya que iban a comprarle todo lo que pidiera, Aurora quería conseguir un nuevo surtido de artículos para bromas que utilizaría con los Merodeadores.

Tras una visita por todo el pueblo, los tres se dirigieron a Las Tres Escobas, donde pidieron unas cervezas de mantequilla y estuvieron hablando largo y tendido.

Aurora no tenía intención de contarles que se había convertido en animaga. Eran sus amigos, pero sabía perfectamente que odiaban a los Merodeadores. Incluso llevaban un tiempo en el que Lily y Severus ya no se dirigían la palabra. Antes eran mejores amigos, pero, en una discusión, a él se le escapó el término "sangre sucia". Ya no hablaban ni se veían y Lily pasaba todo el tiempo con James, Aurora y Marlene o el resto de su grupo de amigas.

Aurora Potter: la última Merodeadora (reescrito)Where stories live. Discover now