11. Te odio

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Remus, Aurora, Edward y Lily son los que estaba aquel sábado viendo qué debían comprar para hacer la lista de gastos del baile

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Remus, Aurora, Edward y Lily son los que estaba aquel sábado viendo qué debían comprar para hacer la lista de gastos del baile. El resto no había aguantado un fin de semana más y habían ido al pueblo de Hogsmeade. Los otros cuatro no tenían problemas, no les importaba. Incluso podían decir que se lo esperaban.

—¿Tenemos ya algún tema? —preguntó Remus.

—He pensado en la época Victoriana —afirmó Aurora—. Imaginadlo. Grandes castillos con fachadas llenas de flores. Vestidos elegantes y caballeros educados con sus trajes negros con pajarita. La música con la que antes se bailaba en una plaza.

—Suena increíble —sonrió Lily.

—Me parece perfecto —contestó Remus—. Creo que puedo correr un poco antes de que los demás salgan a Hogsmeade para ver qué flores compramos.

—Quiero una gama de color variada, pero no chillona. Colores claros, un poco pastel. Necesitamos cintas para bordear las columnas y vanderines como si fuera un festival de una antigua feria del mercado —exigió Aurora—. Edward, ¿puedes ir con Remus? Traed solo algunas muestras. Luego ponemos todo sobre la mesa y nos decidimos para hacer el pedido grande.

—Sí, jefa. Vamos, Lupin —dijo Edward alegremente, y ellos salieron de la sala.

—He pensado que podría ir pidiendo opiniones de la música por los pasillos —le dijo Aurora a Lily.

—Esa es una gran idea —sonrió la pelirroja—. Nos vemos en la cena.

—Nos vemos —sonrió yéndose.

•••

Lily empezó a planear donde poner cada cosa. Las cintas, los globos, la mesa de la comida...

Al rato, encontró una caja con adornos viejos, algunos de los cuales aún servían. Había algunas cintas y macetas para colocar las flores. Había  también algunas bolsas con globos, pero no daban ni para la mitad de lo que tenía pensado. Aún así, se puso a hincharlos en cuanto encontró la máquina de helio.

La profesora McGonagall y el director Dumbledore se pasaron por el gran salón para ver cómo iban las cosas. Remus y Edward llegaron poco después con algunas cosas que ya habían podido encontrar en Hogsmeade. Decían que ya habían hecho algunos encargos y que llegarían la semana que viene.

—Todo es maravilloso, señorita Evans —felicitó la profesora McGonagall.

—Nada podrá arruinar esto —afirmó Lily convencida.

—¡Llegó la tropa!

Lily miró hacia atrás y vio a Sirius, James y Peter. Caminaban... no, desfilaban, desfilaban hacia ella con tres sonrisas pícaras.

Aurora Potter: la última Merodeadora (reescrito)Where stories live. Discover now