40. Evitar la Profecía

147 14 0
                                    

—No estés tan nerviosa —le dijo Regulus con una sonrisa ladeada—

Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.

—No estés tan nerviosa —le dijo Regulus con una sonrisa ladeada—. Ella te va a amar.

—Espero que sea así —suspiró, llevándose de nuevo el cigarro a los labios y aspirando la sustancia—. ¿Queda mucho?

—Sí —contestó con las manos al volante.

—¿Cuándo te has sacado el carnet de conducir?

—No me lo he sacado.

—¿Y cómo es que tienes coche?

—No es mío.

—Bueno saberlo.

Regulus llegó a un pueblo muggle donde aparcó el coche gris. Bajaron y pararon para desayunar.

Apenas habían dormido tres horas, habían salido del hotel. Hicieron una aparición en Newcastle y cogieron aquel coche con el que condujeron hasta Manchester. Aurora insistió en no pararse en saludar a los Cazadores y continuaron por la carretera hasta Londres.

Muchas horas después, ambos estaban frente a la Mansión Malfoy, altas espeluznante como un castillo, rodeada de una puntiaguda y peligrosa valla. Había un enorme jardín lleno de flores y los cuervos se oían graznar a su alrededor. Todo podía ser muy espeluznante, pero el cielo amanecía celeste brillante en aquel día de mayo.

Regulus notó lo nerviosa que estaba Aurora. Le dio la mano y la apretó. Ella lo miró y empezó a relajarse. Ambos cruzaron la verja y se dirigieron hacia la puerta y Regulus llamó con los nudillos.

Apareció un elfo doméstico que los miró tímido sin esperar  a quien iba a recibir.

—-Lo lamento, el señor y la señora Malfoy están ocupados.

El elfo miró a Regulus y puso cara de susto. Posó sus ojos en Aurora y pegó un respingo.

—¡La Bruja! —exclamó asustado—. La del... periódico.

—Necesito ver a Lucius y Narcissa Malfoy. Ya.

—Señorita... —tartamudeó—. Ellos no... ellos están ocupados... no requieren visitas... el señor Malfoy...

—Dobby. —Aurora leyó su mente para saber su nombre—. Es urgente que vea a Narcissa y a Lucius de inmediato. Ahora voy a pasar por esta puerta y tú irás a avisarles. Es preciso que los vea inmediatamente. ¿Entendiste?

—S... sí... se... señorita...

—Bien.

El elfo doméstico huyó asustado hacia el interior de la mansión. Regulus dio paso a Aurora y ella cruzó con su cetro en mano.

La mansión era brillante, elegante y estaba llena de carísimos objetos. Las paredes estaban tapizadas, los techos eran todos muy altos y había una lámpara de araña en el recibidor.

—¡Dobby! —gritó Lucius—. Te dije que era mi día libre. ¿Quién es tan importante como para...?

—Sé más amable con tu elfo, Malfoy —Aurora lo miró despectivamente—. Yo le pedí que te trajese.

Aurora Potter: la última Merodeadora (reescrito)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang