emiliano martinez (+18)

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Aranza.

—Si amiga, si todo sale bien esta es mi última semana, amo bailar te juro, vos sabes que lo hago por la pasión al baile pero necesito ejercer mi profesión también, no estudie 5 años al pedo— le dije a Maru, nos estábamos terminando de preparar para salir al escenario, hoy es viernes asi que tenemos casa llena y eso significa poca ropa.

—Chicas, en 1 minuto salen, miren que tenemos publico especial asi que den lo mejor de ustedes— nos aviso Marcos, el seguridad que siempre esta en nuestro camarin.

La vestimenta de hoy no era nada fuera de lo común, pollera acharolada bien apretada y un corpiño de encaje color rojo, yo iba de rojo, Maru de negro, siempre asi, hoy ibamos a hacer pole asi que me puse los tacos mas estilizados que tengo.

Cuando se abrio el telon casi me infarto, teniamos en primera fila a toda la selección argentina, era sabido que nuestro bar se caracteriza por los bailes de los fin de semana pero jamas pensamos en llegar tan lejos.

Emiliano.

Al final con el Cuti terminamos de convencer a los pibes de ir al barcito ese, sabiamos que se picaba con las bailarinas porque mi hermano me conto pero no sabiamos lo picante que era, cuando las vimos salir nos impresionamos posta, algunos se querian morir porque no pensaban que eran tan asi, los solteros la estabamos disfrutando.

Aranza.

Comenzamos la performance caminando al rededor del escenario, nos centramos y nuestras manos comenzaron a subir y bajar por nuestras piernas, en el momento que yo me encargo del caño Maru pasaba por las mesas bailandole a los visitantes.

Me enrosque y me deje caer mientras me sostenia con una pierna, la pollera era de lo más incomoda aunque para ese punto se me veia la mitad del culo, mientras bailaba al rededor del caño me puse a observar un par de caras, muy concentrados en mi y algunos en Maru, ambas tenemos un cuerpo exuberante, tetas no muy grandes y un buen culo, piernas largas, ella el pelo negro y yo bien rubio.

Pude verle la carita a uno que estaba en la primera fila, se relamia los labios mientras fruncia el ceño cada vez que apoyaba mi culo en el metal y bajaba, era grandote y alto, era el mas alto de todos, bien blanquito, hermoso, cuando Maru se acerco vi que le dijo algo en el oído y Maru asintió, el morocho que estaba al lado de el se hizo el lindo con Maru y la termino sentando en su regazo.

Termine la coreo arrodillada de costado al metal, los aplausos no tardaron el aparecer al igual que los chiflidos, las luces se apagaron y aproveche para salir del escenario, hace un monton no hacia pole, las piernas no me daban más.
Termine de cambiarme y me puse de nuevo el uniforme, una pollera negra de vestir y una camisa blanca con los primero botones desabrochados porque mi jefe dice que vende más.

Antes y despues de las performances somos las meseras del club, a penas me acerque a la barra Juli me felicito por el baile y me dio los tragos que tenia que acercar a la mesa de los jugadores, los nervios me consumian y más porque claramente me iban a reconocer, nunca tenemos tiempo de desarmarnos el peinado ni de maquillarnos.

—Buenas noches caballeros, aca tienen sus tragos, un daikiri por aqui, cerveza por aca y el gin?—

—Aca rubia— dijo el más alto de todos, levante mi mirada y tenia un brazo apoyado en la mesa, acerque la copa a el, me puso nerviosa como me miro, tenia los ojos medio achinados y una sonrisa de lado.

—Bailas muy lindo, cuanto por uno en privado?— dijo codeandose con los amiguitos.

—Que estupido— dije por lo bajo antes de retirarme, deje la bandeja en la barra y fui al baño, tienen que ser tan idiotas los hombres? me hizo sentir no se, como una cualquiera y no, yo solo era una bailarina.

Shots- scalonetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora