enzo fernandez +18

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Italia.

Hace un ratito habiamos entrado al salon, la ceremonia estuvo hermosa, debo admitir que unas lágrimas se me cayeron.

Enzo estaba hermoso, no podia dejar de mirarlo, tenia un traje nego y la camisa con los dos primeros botones desabrochados, parecia uno salido de alguna película de la mafia italiana.

Por mi parte, elegí un vestido color turquesa amoldado al cuerpo con un tajo en la pierna derecha, el color cobrizo de mi pelo resaltaba al igual que mis ojos color miel.

Estaba comodisima, Mandinha y Caro son unas genias, eramos nosotras tres y la mujer del Tucu, habia dos más pero como miraban mal y se hacian las otras, no les paramos bolas.

Estabamos terminando de comer el plato principal, revise el celular para chequear si mi hermana me habia mandado algun mensaje, habia aceptado quedarse con Andy por unos días, yo ya lo extrañaba mucho.

-Termina de comer amor- mire hacia mi derecha y le sonrei a Enzo.

Poco despues que terminamos de comer sirvieron el postre mientras unas parejas de baile hacian una performance de tango.

El cachengue se empezo a formar una vez los flamantes novios brindaron, por la pista de baile se podia ver al Dibu bailando hasta abajo con Lautaro y a Nico con Alexis saltando.

Enzo no salia de detras mío, y yo no perdía el tiempo para refregar todo mi culo en su entrepierna, si habia algo que me calentaba era hacerlo en cualquier lugar y más si Enzo estaba vestido así.

-Maria Eugenia, si no paras de moverte te voy a tener que llevar al baño más cercano y hacerte mía- dijo susurrando cin esa voz tan particular, tan ronca, excitante y tan mía.

Me di vuelta para mirarlo, mis brazos descansaban sobrantes en sus hombros y mis ojos lo miraban desde la bajeza perfecta para que su cabeza empiece a trabajar de más y cumpla con sus palabras.

-Que estas esperando?- dije, Enzo se mordio el labio y negó con la cabeza, poco a poco nos fuimos alejando del tumulto hasta llegar a un pasillo desolado.

Nos miramos y empezamos a caminar a paso apresurado, era enorme el lugar y los baños por suerte estaban alejados.

-Para boludo que se me caen las tiritas- dije, Enzo caminaba rapido y yo al querer igualarlo, dejana caer las tiras del vestido.

-Dios que buena que estas- Enzo se habia quedado parado mirandome las tetas.

-Metete ahí que viene alguien - dije empujándolo por una puerta que estaba abierta, el interior estaba totalmente oscuro, Enzo me tapo la boca cuando me quise reír, al parecer no eramos los únicos aventureros, se podia escuchar la risa del Dibu y los retos de su mujer diciendole que deje las manos quietas.

Y hablando de inquietos, Enzo automáticamente metio su mano por el tajo del vestido, haciendome sobresaltar.

Me di vuelta y uní nuestros labios de una vez por todas, sus manos rápidamente estaban masajeando mis nalgas, haciendo que sus dedos rozaran mis entradas.

-E..enzo por fav..or- gemi sobre sus labios cuando su mano paso hacia adelante corriendo mi tanga y moviendodos de sus dedos por mi vulva lubricando sus falanges.

-Que queres mi amor?- dijo agitado, podia venirme solo de escucharlo así.

-Cogeme, por favor- Enzo solto una risa nasal y saco sus dedos de mi interior, me puso de espaldas y me levanto el vestido, se hizo a un lado y tanteo que habia a nuestro al rededor, senti que golpeo algo.

-Veni, apoyate aca- agarro mis manos y las apoye en lo que pareceria una mesa, recoste mi cuepo sobre la madera y estire mi cadera hacia atras.

Escuche el ruido de la hebilla del cinto de Enzo y ya estaba ansiosa por demas.

Cerre mis ojos al sentir como mi interior se estiraba con su enorme miembro, me tomo de las caderas y comenzo un vaiven tan placentero y vicioso para mí.

-Asi te gust..a mi amor? te gusta?- dijo apretando una de mis nalgas con fuerza y clavandome más duro, mis quejidos pasaron a ser grititos que trate de apagar mordiendome el labio.

Podia sentir como Enzo me hacia estremecer, me llenaba por completo, su mano viajo hacia mi nuca para ser un poco más rudo, sus embestidas eran rapidas y fuertes.

-E..nzo, ahí am..or, si- lloriquee cuando los movimientos de mi marido se incrementaron tanto que sentia que me iba a mear encima.

-Uugh Mar- gimió Enzo cuando acabe sobre su pija apretandola y así terminando el también, se inclino para dejar un beso en mi espalda y con cuidado salio de dentro mio.

Me quede unos segundo recostada hasta poder recuperar la respiración, senti una tela pasar por mi entrepierna.

-Es mi pañuelo, no te asustes- dijo Enzo.

-Lo vas a tener que tirar amor- dije.

-Un recuerdito de Italia- respondió el.

-Dale, asqueroso-


















lascia che ti baci la mano, signore

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lascia che ti baci la mano, signore

Shots- scalonetaWhere stories live. Discover now