Cuatro grandes y majestuosos dragones descendian sobre la costa de dragonstone.
Syrax, Caraxes, Arrax y Vermax eran los dragones de la familia real. Estos serían los encargados de llevar a la familia de la heredera hacía king's landing.
—¿Están todos listos?— preguntó Daemon mientras acariciaba el cuello de su dragón; Caraxes.
—Si papi, ¡¡vamos vamos rápido ya quiero ver al abuelo!!— Rahera estaba muy emocionada, desde que recordaba, el rey Viserys siempre la consentía y mimaba mucho, incluso dejaba que se sentará con él en el trono.
—Al menos tú estás emocionada— Habló Luce con tono decaído, en verdad odiaba ir allá, lo único bueno era que podía jugar con sus primas Rhaena y Baela.
"Todo sería diferente si tan solo nuestro cabello fuera igual que el de Rahera" Pensó Jace.
Desde que Rahera y Aegon nacieron nadie cuestionó nunca su legitimidad, sin embargo el y sus hermanos tenían que lidiar con las críticas y burlas a sus espaldas llamándolos bastardos por parecerse más a lord strong que a su "padre" Laenor Velaryon.
—No perdamos más tiempo, ya vamos algo tarde para la cena— Rhaenyra subió a su dragona con ayuda de Daemon y junto a ella fue su hijo Aegon.
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—Bienvenida princesa, altezas; es un honor tenerlos aquí de vuelta— Ser. Harrold, el comandante de la guardia del Rey saludo alegremente a la princesa y su familia.
—Ser. Harrold, me alegro de verlo— Dijo alegremente Rhaenyra, extendiendo su mano para que el lord comandante depositara un beso.
Ser. Harrold se había encargado de cuidarla durante mucho tiempo y ella sabía que no había nadie más leal que el.
La bienvenida siguió y el lord comandante guío a la familia hacia el castillo, dónde los esperaba el rey Viserys y la Reina.
—Padre, que gusto verte— Rhaenyra fue la primera en saludar al Rey: hizo una reverencia y acto seguido lo abrazó fuertemente.
—Mi única hija, que alegría me da de verlos— el Rey Viserys adoraba a su hija Rhaenyra.
Ella era la viva imagen de su madre; Aemma Arryn el gran amor del Rey Viserys, quien falleció durante el parto de su hermano Baelon quién tristemente también murió.
—¡¡Abuelo!!!— la pequeña Rahe se abalanzó sobre su abuelo y este la atrapó en sus brazos dándole un caluroso abrazo.
—𝑧𝑎𝑙𝑑𝑟𝑖𝑧𝑒𝑠 𝑝õ𝑠 𝑢𝑟𝑛𝑒𝑠𝑖 (ven aquí mi pequeña dragona)— el rey Viserys cargo alegremente a su nieta.
De entre todos sus nietos Rahera era su favorita, le recordaba tanto a su madre y su difunta esposa, además era un niña en verdad muy agradable.
—Rhaenyra, Daemon. Bienvenidos— dijo Alicent la reina consorte y segunda esposa del rey Viserys.
