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Un ruidito llamo la atención de la pequeña, curiosa se asomo por el estante y diviso a un niño mucho más grande que ella, sonrió al reconocerlo y lo saludo.

—𝕜ē𝕡𝕦𝕤 𝕣𝕪𝕥𝕤𝕒𝕤 (hola tío)—

Detrás del estante se encontraba Aemond, el tío de la pequeña Rahera, el muy cordialmente regreso el saludo.

—Sobrina, Ser. Christon— Aemond saludo respetuosamente a ambos.

—Ven tío, siéntate conmigo. Ser. Crispin nos va a leer la historia de la conquista—

"Ser. Crispin" esas palabras resonaban cómo un eco, curiosamente así lo había llamado Daemon hace ya mucho tiempo.

—Ser. Christon princesa— recalcó con un tono bastante molesto.

—Ser. Christon. Si, eso. Hola otra vez tío—

Cole rodó los ojos y se fue en busca de aquel libro que relata las crónicas de la conquista de Aegon, dejando solos a los príncipes.

—Sobrina. Impresionante que me recuerdes— El pequeño estaba alagado de que la pequeña niña que tanto le intrigaba lo recordara, por dentro lo hacía sentir feliz.

—Claro tío, eres el más guapo por eso te recuerdo— la pequeña no mentía, para ella su tío Aemond era el más guapo y por eso lo reconocía.

Las mejillas del príncipe se tiñeron de rojo y una sonrisa tímida se asomó por sus labios.

—Me alagas sobrina, escuché que explorabas el castillo, con gusto podría acompañarte si quisieras—

—Me gustaría mucho tío, hoy ya estoy a cargo de Crispin pero mañana podemos explorar juntos—

—Mañana te mostraré los pasadizos secretos que hay en el castillo y podremos ir a la cocina a robar un poco de pastel— Hablo un emocionado Aemond.

Aunque no lo admitiera el pequeño príncipe se sentía solo. Su hermano mayor Aegon siempre se burlaba de él por no tener un dragón y lo molestaba todo el tiempo; por otro lado Helaena siempre se la pasaba en las nubes hablando sola y delirando.

—¡Si!. Solo tengo que pedir permiso a mi madre para que me deje ir contigo. Ella es muy buena seguro me dice que si— la pequeñita Rahera movió sus manitas emocionada, presentía que mañana se divertiría mucho.

Ser. Christon llegó poco después con el gran libro en mano, se sentó frente a los príncipes y empezó a leer.

—"Aegon tomo como esposas a sus dos hermanas y mando cuervos a todos los reyes de los 7 reinos, proclamándose a él mismo como el nuevo rey..."— Cole leía la historia a los príncipes.

Estaba algo molesto; cómo era posible que un guardia real como el estuviera sirviendo de niñero para dos niñatos pero no le quedaba de otra.

Aemond miraba a su sobrina. La pequeña parecía perdida escuchando atentamente la lectura con una enorme sonrisa y su cabecita recargada en sus pequeños bracitos; eso la hacía ver tan tierna.


 La pequeña parecía perdida escuchando atentamente la lectura con una enorme sonrisa y su cabecita recargada en sus pequeños bracitos; eso la hacía ver tan tierna

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Rahera y Aemond se encontraban siendo escoltados por Christon. Primero iria a dejar a la princesa hasta los aposentos de su madre.

Tres toques dieron a la puerta de la princesa Rhaenyra y un "adelante" se escuchó al instante.

Rhaenyra se encontraba tumbada en el suelo junto a sus hijos, al parecer estaban estudiando valyrio. En la familia de la princesa era muy común reunirse por las tardes para tomar lecciones de valyrio, era una tradición y así Rhaenyra podía convivir mucho más con sus pequeños.

—¡𝑚𝑢ñ𝑎! (madre)— la princesa corrió hasta los brazos de su madre; quién la recibió con un fuerte abrazo.

—𝑧𝑎𝑙𝑑𝑟ī𝑧𝑒𝑠 𝑝õ𝑠 (mi dragona) que bueno que estás bien. ¿Cómo estuvo tu paseo?— pregunto Nyra notando la cara de felicidad en su pequeña.

—Fue muy divertido, Ser. Crispin nos leyó la historia de Aegon a mí y mi tío Aemond, comimos pastel y mi tío me prometió ir a explorar juntos el palacio mañana— la pequeña habló tan rápido y su madre soltó una risa por como llamo a Ser. Christon.

Fue hasta ese momento que Rhaenyra se percató de la presencia de Christon y Aemond. La princesa Rhaenyra se levantó y se encamino hacia los presentes.

—Ser. Christon le agradezco que haya cuidado a mi pequeña, puede retirarse— La incomodidad era palpable en el aire; era obvio que entre Rhaenyra y Criston cole había pasado algo.

Cole hizo una reverencia forzada y se marchó.

Aemond seguia ahí parado sin saber que hacer, estaba apunto de irse cuando Rhaenyra hablo.

—Aemond, ven a practicar con nosotros antes de la cena— Todos creían que Rhaenyra odiaba a sus medios hermanos, pero no era así.

Realmente hubo un tiempo en el que le molestaban sin embargo con el nacimiento de sus hijos nació en ella un amor de madre y entendía que los hijos no tienen la culpa.

Aemond quedó sorprendido, su madre Alicent muchas veces le hablo sobre Rhaenyra, le dijo que era una persona egoísta, malvada y que en cualquier oportunidad trataría de lastimarlos.

Pero ahora ahí estaba frente a frente con su media hermana y lo único que había hecho era sonreírle amorosamente e invitarlo a estar con ellos.

—Ahh... si por supuesto— el pequeño estaba un poco confundido pero acepto.

—𝑘ē𝑝𝑢𝑠 𝑢𝑟𝑛𝑒𝑠𝑖 (ven tío)— Rahe jalo de la mano a su tío y lo obligó a sentarse junto a ella.

—Rahe 𝑟𝑦𝑡𝑠𝑎𝑠— Jace saludo a su hermanita con una cara de disgusto, era obvio que le molestaba verla con Aemond.

—𝑙ē𝑘𝑖𝑎𝑠 𝑟𝑦𝑡𝑠𝑎𝑠  (hola hermanos mayores)— respondió el saludo la princesa.

Todos formaron un círculo sentados en los cojines alrededor de un libro en valiryo. Rhaenyra estaba a la cabeza; a su izquierda estaban Aegon y Joffrey, a su derecha Jace y Luce, y frente a ella Rahera y Aemond.

—¿Ya has empezado con tus lecciones de valyrio Aemond?— pregunto Rhaenyra con la intención de acoplar al pequeño.

—Si... hermana. Empecé hace tiempo sin embargo no hay muchas personas con las que pueda practicar, es como si no supiera nada— y era verdad, Aemond no tenía a nadie con quién practicar o estudiar

Aegon se la pasaba embriagando, Helaena no quería hablar con nadie, el Rey nunca estaba disponible y su madre no era una Targaryen.

—Si te parece bien... podrías acompañarnos por las tardes y así practicamos todos juntos hermano— la invitación de Nyra fue sincera y eso Aemond lo noto.

—Me gustaría mucho, hermana— Aemond sonrió felizmente aceptando la invitación.

—Te dije que mi madre era la mejor de todo el mundo— sonrió con superioridad la pequeña Rahera.

Rhaenyra soltó una leve risita acompañada de un sonrojo en sus mejillas— hay que comenzar —

—Empecemos por cosas sencillas. Madre, padre, hermano y tío. Primero tu Aemond—

—𝑚𝑢ñ𝑎, 𝑘𝑒𝑝𝑝𝑎, 𝑙ē𝑘𝑖𝑎 𝑠𝑒 𝑘ē𝑝𝑢𝑠—

—Qué tal unas oraciones, traduce ¿Puedes hablar valyrio?—

—𝑢𝑑𝑟𝑖𝑧𝑖 𝑣𝑎𝑙𝑦𝑟𝑖𝑜 𝑦𝑑𝑟ā?—

—Wow mi tío sabe mucho— Rahe estaba fascinada y abrazo al pequeño Aemond que rápidamente se sonrojo.

Las lecciones continuaron y sorprendente Jace y Luce se dieron cuenta que Aemond no era tan malo como parece.

Aemond aprendió que las apariencias engañan y su hermana realmente era una madre muy amorosa y que su sobrina Rahera era la pequeña más linda del mundo.

𝐹𝐼𝑅𝐸, 𝐵𝐿𝑂𝑂𝐷 𝐴𝑁𝐷 𝑅𝐴𝐻𝐸𝑅𝐴 | Aemond Targaryen Where stories live. Discover now