Los pequeños jugaban como de costumbre y de vez en cuando se daban pequeños piquitos en cualquier momento que estuvieran solos. Aemond era muy tímido y le daba pena pedir un beso a Rahe pero por fortuna la pequeña siempre daba el primer paso.
Por la tarde Rahe le preguntó a su madre si podría llevar a Aemond a montar dragones y Nyra muy contenta le dijo que si.
Alicent por otro lado estaba notablemente molesta, cuando se enteró que Aemond iría a montar dragones la reina le prohibió incesantemente hacerlo, de por sí el hecho de que Aemond se estuviera volviendo muy cercano a Rhaenyra y sus hijos la hacía enfurecer.
La noche anterior en la cena, Aemond se sentó al lado de Rhaenyra; quién amablemente le limpiaba las mejillas cuando se ensuciaba y le pasaba postres.
Alicent estaba furiosa, sus hijos no tenían por qué convivir con la puta mimada de Rhaenyra sin embargo parecía que Aemond los prefería a ellos.
—¡¡NO DISCUTAS AEMOND, NO IRAS!!— Alicent gritaba a su hijo y se negaba a permitir que siguiera tratando con esos "mimados y sus hijos bastardos" cómo ella llamaba a Rhaenyra, Daemon y sus hijos.
—¡¡No me lo puedes prohibir y si tú no me dejas entonces iré con mi padre!!— Aemond salió a toda prisa y Alicent salió tras él.
Si el niño le contaba al rey todo lo que había dicho de Rhaenyra y su familia, ella estaba segura que el rey mandaría a cortarle la lengua sin importar que sea su esposa.
El peli plateado entro corriendo a los aposentos del rey y detrás de el su madre.
El rey que estaba leyendo alzó la cabeza y miro confundido a su esposa e hijo.
—Aemond mi dragón, que sucede ¿Por qué tan apresurado?— Viserys se levantó de su asiento y camino hasta su hijo.
—Madre no me quiere dejar ir a volar con Rahe y mi hermana— Aemond era pequeño más no imbécil, sabía cómo doblegar a su padre.
Rhaenyra era el talón de Aquiles del rey y si decía que Alicent le prohibió ir con ella entonces el rey se molestaría.
—Tonterías, qué sucede Alicent ¿Por qué no quieres que Aemond vaya con sus sobrinos?— tal como lo espero; Viserys reaccionó reprochando a Alicent.
—Mi rey no es eso, solo que es muy peligroso que vuele en dragón—
—Nada de eso, mi hijo es un Targaryen no hay de que temer. Claro que puedes ir con tu hermana, el primer vuelo siempre tiene que ser especial y estoy seguro que Rahera estará animándote— el rey acarició la cabeza de su hijo y lo mandó a prepararse para su vuelo.
Alicent se quedó en los aposentos de su majestad y solo los dioses saben lo que se habló ahí.
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