𝐹𝐼𝑅𝐸, 𝐵𝐿𝑂𝑂𝐷 𝐴𝑁𝐷 𝑅𝐴𝐻𝐸𝑅𝐴 | Aemond Targaryen

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El día del nombre del príncipe Aemond había llegado.

Como se dictó, el torneo sería para festejar a Rahera y Aemond. El día del nombre de la pequeña era realmente en 7 días más pero creyeron buena idea festejar sus días juntos.

Muy temprano las criadas fueron a despertar a los pequeños y al entrar la escena que vieron las enterneció. Rahera se encontraba babeando sobre el pecho de su tío y este parecía estar de cabeza.

Las sirvientas despertaron a los pequeños príncipes y los llevaron hacia el baño para ducharse. Al ser pequeños podían ducharse juntos y así era más fácil.

Rahe y Aemond se lanzaban jabón cada uno desde su tina y reían a carcajadas. Las doncellas jugaban con ellos y se cubrían de las ráfagas de jabón que llovían por todos lados.

Ahora las doncellas cepillaban el cabello de los príncipes mientras la princesa Rhaenyra escogía los atuendos de ambos.

Al ser el torneo de ambos, la princesa eligió un traje negro y rojo con detalles dorados para Aemond y un vestido de los mismos colores para Rahera.

Nyra ayudó a vestir a ambos príncipes y como obsequio les entregó unas diademas de oro.

-Esta es para ti Rahera- la princesa colocó con cuidado la diadema sobre la cabeza de su princesa.

-Y está de aquí es para ti Aemond- con cuidado colocó la otra diadema en su cabecita y sonrió.

Ambos príncipes se veían hermosos, parecían en verdad dos reyes.

-Daemon y yo mandamos a hacer estás diademas cómo regalo por su día del nombre, cuando dejen de quedarles pueden darmelas y las llevaré con el herrero para ajustarlas, por lo que no importa que tan cabezones se vuelvan mis amados príncipes, su diadema siempre les quedará- los niños abrazaron fuertemente a Nyra y le agradecieron.

Nyra los besaba en la cabecita y ellos sonreían felices, todo era risas y sonrisas hasta que el sonido de la puerta se escuchó.

-¿Aemond ya estás listo?- la reina entro preguntando pero al alzar la vista vio a los dos niños con sus diademas y a Rhaenyra dándoles mimos, esto le hizo hervir la sangre.

-Rhaenyra, no esperaba verte aquí-

-Madre, mi hermana Nyra vino a darnos un obsequio ¿Se ve bien?-

-Pareces todo un conquistador hijo, gracias por el obsequio, Rhaenyra no era necesario- el enojo en Alicent era más que evidente pero debía controlarse, no quería un escándalo en el día del nombre de su pequeño.

-Claro que era necesario, mis dragones merecen un obsequio grandioso como ellos y no es problema para mí y mi esposo. Su majestad no se preocupe por ello-

Nyra era sincera, este último mes conviviendo con su hermano le hizo darse cuenta de lo parecidos que eran y lo amoroso que podía llegar a ser.

Alicent estaba molesta, cómo era posible que la perra de Rhaenyra se atreviera a llamar a Aemond cómo "su dragón", Aemond era su hijo no el de ella y le molestaba inmensamente que Rhaenyra se acercara a él.

-Bien si me disculpan necesito supervisar todo de nuevo, no queremos ningún error, Rhaenyra gusto en saludarte- la reina salió de ahí a paso firme.

La mañana pasó sin ningún contratiempo más y el ansiado momento del torneo llegó. Miles de lores de todos los reinos habían venido para festejar el día del nombre de los príncipes Targaryen.