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Aemond corría a toda prisa rumbo al patio de entrenamiento, estaba tan cerca que no podía esperar ni un minuto más.

Llegó agitado y con la respiración entrecortada; se detuvo en las escaleras y controló su respiración.

Su corazón palpitaba fuertemente y las manos le sudaban, decidido volteo su mirada al patio y ahí estaba ella, de espaldas hablando con Ser. Christon.

Aemond no lo podía creer, su pequeña niña estaba frente a él a solo unos cuantos pasos, todo parecía un sueño y estaba temeroso de que despertara.

Rahera platicaba con Ser. Christon, le estaba pidiendo un combate para conocer hasta dónde llegaban sus habilidades.

-Claro princesa, con gusto la derrotare- Christon era un resentido y nada le daría más satisfacción que darle una paliza a la hija de Rhaenyra.

Rahera solto una risita- Alardea mucho Ser. Naranjas-

Rhaenyra le había contado a la princesa de la aventura que tuvo con Cole y claramente está era una oportunidad única para burlarse del guardia. Lo cual funcionó perfectamente por qué el joven cambió su semblante.

-Cuando quiera Ser. Crispin-

Rahera se puso en guardia, las espadas de madera eran para niños así que ella saco su propia espada.

La espada de Rahe era grandiosa, su padre había mandado a forjarla solo para ella: una espada de acero valyrio con rubíes incrustados.

Rahera había nombrado a su espada "colmillo de dragón" ya que era sumamente filosa y al igual que un colmillo de dragón, está espada podía atravesar cualquier cosa.

La batalla empezó, Rahera tenía que admitir que Ser. Christon era excelente con la espada.

Rahera atacaba pero Christon siempre se defendia y lanzaba un contraataque; el sonido de las espadas chocando resonaban y todos los presentes se dispusieron a ver la pelea.

-Es buena princesa, pero no lo suficiente- Christon logro asestar un golpe que derribó a la chica pero está solo río.

-Terminó el calentamiento, hora de dejar de jugar- limpio la sangre de su nariz y siguió atacando al guardia.

La peli plateada se levantó bruscamente y siguió atacando, sus movimientos se volvieron más rápidos y coordinados.

Ser. Christon esquivaba y regresaba los ataques pero no fue suficiente. Un descuido del guardia bastó para que la Targaryen logrará apuntar su espada en la garganta del contrario.

-Un regalo para ti, con esto recordarás que la hija de Rhaenyra y Daemon te gano en una batalla- Rahera sonrió orgullosa y con su espada cortó la mejilla del guardia haciendo que sangrara.

Rahera soltó una risita engreída y todos los presentes aplaudieron; la princesa hacia reverencias y agradecía los aplausos.

Giro por unos segundos, que bastaron para que se percatara de la presencia de cierto platinado. Ahí estaba él, a pesar de los años ella lo reconoció fácilmente.

La espada se le resbaló de las manos y su corazón empezó a latir con violencia; frente a ella estaba su tío Aemond, aquel chico que siempre estuvo con ella en sus días en la capital.

-𝐴𝑣𝑦 𝑗𝑜𝑟𝑟ã𝑒𝑙𝑎𝑛, ñ𝑢ℎ𝑎 𝑟𝑖ñ𝑖 𝑔𝑒𝑣𝑖𝑒 𝑖𝑠𝑠𝑖, 𝑢𝑟𝑛𝑒𝑠𝑖 (mi amor, mi niña hermosa ven aquí)- Aemond no pudo evitar llamar tan amorosamente a su sobrina y espero temeroso a su respuesta.

𝐹𝐼𝑅𝐸, 𝐵𝐿𝑂𝑂𝐷 𝐴𝑁𝐷 𝑅𝐴𝐻𝐸𝑅𝐴 | Aemond Targaryen Where stories live. Discover now