Capítulo trece parte 1

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"¿Cuál es la necesidad de retrasar lo inevitable, de tensar aún más la cuerda hasta llevarla al extremo de sus últimos momentos, cuando, sin importar lo que hagas, va a explotar todo lo que haz intentado encerrar en ese pozo?"

—El hecho de que ustedes en serio piensen que están haciendo justicia, solo demuestra la magnitud en la que sus mentes están lavadas por las palabras de aquellos que dicen ser sus gobernantes y lo baja que está su consciencia—.

Los oficiales del otro lado del vidrio hicieron oídos sordos a las palabras de aquella terrorista. Una de los tantos que atraparon en la emboscada del parque de atracciones meses atrás y, desde entonces, se hallaba encarcelada en una prisión de máxima seguridad.

—Ustedes de verdad no tienen idea de nada de lo que está ocurriendo bajo sus narices, ¿cierto?— dio fuerte un golpe a la mesa en la que estaba esposada. —Nah, no tienen la más mínima idea para cuando siguen creyendo que están haciendo lo "correcto"— hizo comillas con sus dedos, rodando los ojos con asco. —¡Ustedes son los verdaderos villanos en este corrupto mundo!—.

Desde su captura y encarcelamiento dentro de la prisión, ninguno de los terroristas había revelado información sobre el atentado, el grupo al que pertenecen o relacionados. Sin importar la cantidad de tratos, inmunidad y beneficios legales que se les fueron propuestos a cambio de respuestas por sus abogados y el mismísimo gobierno interviniendo, continuaron negandose.

—¡Están cometiendo una gran equivocacion al creer que nosotros somos los villanos cuando ustedes mismos ni siquiera conocen bien a los que dicen ser sus "compañeros" y a quiénes depositan ciegamente su "confianza" y votos! ¡Es por ustedes que TODOS nosotros estamos tomando estas drásticas decisiones para poder vivir, USTEDES nos están orillando a esto y todavía tienen el grandísimo descaro de culparnos por su dictadura!—.

Los dos oficiales que la vigilaban continuaron sin prestarle atención a ninguno de sus incoherentes argumentos con los que intentaba vanamente de convencerlos sobre algo que jamás ocurriría. La terrorista de nombre Zuleima debía estar delirando si creía que sus palabras los convencerían de cambiar su opinión acerca de lo que sabían era lo único correcto en el sistema, o que ella y su grupo terrorista eran las víctimas de problemas y situaciones que nunca sucedieron. Mentira.

Y ellos no se tragarían ese cuento así de fácil, ni estaban dispuestos a tolerarlo tanto como Mauricio les ordenó en su ausencia repentina.

—¡Antes de criticar nuestras acciones deberían reevaluar las suyas y a quiénes las ejecutan!— Zuleima no dejó de expresarse, de decir todo lo que sabía sin revelar detalles importantes. De todos modos, estaba consciente de que sus palabras no todos las entenderían más que el minoritario grupo al que iban dirigidas. —Mucha honestidad y verdades dicen profetizar, vendiendo sus falacias cómo pan recién horneado a los hambrientos, entonces, ¡¿por qué SU GOBIERNO ESTÁ PAGANDO POR EL SILENCIO DE LOS AFECTADOS EN VEZ DE HACER ALGO POR DETENER LOS ATAQUES?!—.

—¡¿POR QUÉ DECIDEN ELEVAR LA SEGURIDAD Y CREAR "MEJORES" PROTOCOLOS EN VEZ DE DAR FIN A LA MISERIA QUE ACABARÍA CON TODO ESTO?!— no volvería a permitir en su vida que sus palabras fueran ignoradas y su voz oprimida otra vez. —El que estén aquí parados continuando con interrogaciones que jamás llegarán a ningún lado me lo confirma. Nunca cambiarán, nunca lo harán mientras este obsoleto sistema de desinformación colectiva les siga beneficiando. No son más que la representación de los errores de una población que creó algo que jamás necesitó, solo por su baja consciencia—.

Uno de los oficiales chasqueó la lengua harto de tanta palabrería.

—Parásitos cómo ellos solo saben victimizarse y echarle la culpa a las demás personas de las desgracias que ellos mismos se buscaron con esa mentalidad de lunáticos— se quejó hastiado. —Seguro ella y sus compañeros terroristas pertenecen a una de esas sectas con fachadas de iglesias de hoy en día que les metieron esas vergas locas en la cabeza. Por eso ella y los otros son tan histéricos con el tema—.

La Consciencia de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora