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La pequeña se encontraba asustada cuando aquellos truenos se escucharon afuera de su habitación.

Su padre había estado con ella hasta que se durmió pero cuando abrió sus ojos él ya no se encontraba allí.

'Bum'

Un nuevo trueno cayó y por un momento la habitación oscura se iluminó.

Enma salió de su habitación tomando el pequeño oso que su hermano mayor le había obsequiado por su cumpleaños y corrió a través de los pasillos.

Cada sombra de los objetos en los pasillos se mostraban aterradores que hizo que cayera más de una vez hasta encontrar la puerta que tanto había buscado.

- '¿Puedo pasar, hermana?'

Su mano golpeó con fuerza varias veces la puerta antes de que al fin fuera abierta.

Una niña solo un poco más alta que ella con su cabello oscuro y ojos adormilados la observo un instante antes de que tomara su mano y la guiará hacia su cama.

- 'Estás a salvo ahora, Enma'

Las palabras de la niña mayor lograron calmar el corazón de Enma quien se acurruco a su lado y cerró los ojos sabiendo que los truenos no la alcanzaría si estaba a lado de su hermana.

+++++

La persona que la despertó fue su institutriz.

- '¿Por qué se encuentra aquí, señorita Enma? Volvamos a sus aposentos. He preparado un delicioso pastel de fresas con jugo de naranja

Mariana era una anciana regordeta que siempre le regalaba dulces y jugaba con ella, desde que tuvo memoria ella siempre ha estado a su lado cuidándola.

Su padre le dijo que ella fue la criada mas cercana a su madre antes de que muriera.

- '¿Mi hermana?'

Aun cuando el sol recién iluminaba el cielo, su hermana no estaba a su lado

- 'La princesa esta en sus clases'- informo Mariana tomándola en sus brazos para salir de los aposentos de Meredith

- 'Quiero verla ¿Puedo acompañarla?'

- 'Aun es muy pequeña para tomar aquellas clases, señorita''

- 'Ella empezó a ir a las clases a mi edad'

No pudo evitar hacer un puchero al ver la negación de su petición.

Si ella iba a compartir las clases con su hermana ¿Podrían jugar juntas por mucho más tiempo?

- 'Usted no es la futura Emperatriz, señorita'- dijo Mariana con una sonrisa en su rostro- 'Su hermana tiene obligaciones que aprender y no puede permitirse distracciones. Ahora ¿Qué le parece si después del desayuno salimos a pasear por el jardín? Podemos ir al entrenamiento de los caballeros y ver a sus hermanos practicar'

Aun cuando Enma quiso negarse y volver a preguntar si podía estar con su hermana, la expresión de Mariana hizo que aceptara.

Después de todo, si Mariana estuviera triste por su culpa su madre no estaría orgullosa de ella.

Papá le había dicho que ella era igual a su madre que había fallecido, que debía honrarla.

Su madre era alguien hermosa que siempre quería que los demás tuvieran una sonrisa en sus rostros.

- 'Vamos a ver a mis hermanos'

++++++

- 'No vuelva a acercarse a la habitación de Meredith en la noche'

La Villana Es Realmente MalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora