Capítulo 6. ¿Es tu novio?

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Conduje de nuevo hasta casa, donde me esperaba mi madre emocionada, la cual se empezó a reír cuando le conté lo que me había pasado.

Nunca le había contado lo que había pasado esa noche que salí, así que le hizo mucha gracia que coincidiera con Gavi. Nunca se lo había contado no por falta de confianza, sino porque al final acabó solo en un susto, y no quería preocuparla de más, así que esa fue la primera vez que le contaba algo sobre el futbolista.

Después de estar todo el día haciendo cosas, me fui a correr un rato por el vencindario, aunque quien dice correr dice andar. Me gustaba mucho pasear escuchando música con los casos, a pesar de que empezaba ya a hacer bastante frío y cada vez se hacía antes de noche, por lo que mis paseos eran también cada vez más cortos.

Al volver me di una ducha rápida y bajé a cenar sola, ya que mi madre había quedado con un par de amigas para ir a cenar.

Me hice un sándwich rápido y me senté en un taburete mientras me lo comía y miraba Tiktok. Justo cuando fui a llamar a mis amigas al cabo de un rato, mi móvil comenzó a sonar.

-¿Sí? -descolgué llevándomelo a la oreja.

-Hola, Valentina, perdona que te llame a estas horas -habló una voz femenina.

-¿Belén? -fruncí el ceño.

-Sí, sí, soy yo -contestó rápido-. Te llamo porque hace poco he acabado con el resto de entrevistas.

Yo alcé las cejas.

-¿A estas horas? -me extrañé.

-Sí, hija, sí -suspiró, a lo que sonreí-. Como te he dicho nos urge bastante alguien que cubra el puesto, y después de estar dándole vueltas y ver a las demás personas, me gustaría que fueras tú la que lo hiciese.

Al escucharla pegué un bote levantándome de golpe de la silla y casi atragantándome con el sándwich.

-¡¿En serio?! -pregunté incrédula-. Digo, sí, claro, me encantaría -corregí mi postura rápido, eso no había sido muy profesional por mi parte.

Escuché una risita de Belén al otro lado, y yo sonreí también tratando de contenerme.

-Ven mañana a las 9 y te explicaré cómo funciona todo.

-Perfecto, ahí estaré -aseguré contenta-. Muchas gracias.

-A ti, Valentina, hasta mañana -se despidió amable.

Me despedí también y acto seguido entré al grupo de WhatsApp de mis amigas.

"¿Alguien videollamada? ¡¡Tengo trabajo!!", escribí con las manos temblorosas.

Esperé eufórica a que contestaran, sin embargo, ninguna lo leía.

Me moví impaciente de la cocina al comedor sonriendo sin parar y sin despegar los ojos de la pantalla.

María empezó a escribir.

"Tíaaa, ¡Qué bien! Hacedla sin mí, todavía no he salido de las prácticas, ya me contarás :(".

Contesté rápido que genial, y esperé a las demás.

"Lo mismo digo, si puedo me uno más tarde, pero enhorabuena amiga!", escribió Andrea.

Suspiré y le contesté también, diciendo que no pasaba nada. Sin embargo, las demás tampoco podían, porque o estaban en clase todavía o estaban haciendo algún plan con sus respectivos grupos de amigos.

Me dejé caer en el sofá y suspiré con algo de tristeza por no poder compartirlo con ellas. Estaba emocionada y muy contenta, pero supuse que eso se quedaría para mí, al menos hasta que llegara mi madre de la cena.

Olas de intensidadWhere stories live. Discover now