La fiesta estuvo increíble. Nos lo pasamos genial, todos con todos y la verdad es que no pude sentirme más afortunada. Mis amigas por fin conocieron a los chicos, y se llevaron genial, cosa que me alegró mucho. Les estuve contando un montón de cosas, y aunque traté de hacer caso a todo el mundo, mi atención se centraba un poquito más en el sevillano que tenía al lado.
-¿Tienes algo que confesar? -susurró Inés en mi oreja para que no la escucharan.
-¿Yo? Qué va -fruncí el ceño.
Asintió incrédula y dirigió una mirada rápida hacia Pablo, a lo que me encogí de hombros como si no fuera conmigo el tema, y seguí la conversación de los demás.
Obviamente quería contarle todo, pero preferí esperar primero a que se arreglaran las cosas entre Pablo y yo.
Me gustaba, eso era obvio. Y también sabía que yo le gustaba a él, pero no sabía en qué sentido. No sabía si se había aclarado, si volvía a mí porque sí, para un rato y ya está, o qué era lo que quería. Y a pesar de que lo que más me apetecía en ese momento era estar con él, no tenía intención de hacer nada para conseguirlo, porque no quería volver a pasar por lo mismo. Así que si él quería estar conmigo, que lo demostrara.
Cuando terminó la fiesta, recogimos entre todos un poco y fuimos a despedirnos los unos de los otros, así que me dirigí hacia el comedor a coger mis cosas.
-Cojo la chaqueta también y nos vamos -se me acercó Gavi.
-¿A dónde? -fruncí el ceño hacia él.
-A mi casa -contestó obvio.
Me quedé quieta ante eso y dudé durante unos instantes.
-¿Por qué se supone que iba a ir contigo? -alcé un poco las cejas.
-¿No vas a hacerlo? -me imitó.
-¿Me lo has pedido?
-¿Hace falta?
Volví a quedarme en silencio analizándolo.
-Ha venido mi hermano y me apetece estar con él -murmuré entonces.
-Y yo tengo tu regalo en mi casa y también me apetece dártelo -rebatió.
-Puedes dármelo otro día -solucioné.
-Puedes ver a tu hermano mañana y todos los demás días, antes ha dicho que se quedaría -aseguró acercándose un poco más.
-Sabes que no me gusta que me digan lo que tengo que hacer -me acerqué también.
-Sabes que no me gusta que me rechacen.
-Pues vas a tener que acostumbrarte -sentencié y fui a irme, pero me frenó.
-Valen -tensó la mandíbula.
No es que no quisiera ir con él, lo que no quería era que se pensara que volvía a tenerme a sus pies.
Clavé mis ojos en los suyos y esperé a que hablara.
-Si no quieres quedarte a dormir lo entiendo, pero me gustaría darte el regalo, porque tu cumpleaños es hoy, no otro día -trató de explicar-. Si quieres luego te llevo a casa y ya está, pero ven diez minutos aunque sea, por favor.
¿Tan difícil era decirlo así desde el principio?
Tomé aire y cuando fui a contestar mi hermano se nos acercó.
-¿Te espero para ir a casa, o? -preguntó contento.
Sentí la mirada de Gavi sobre mí, mientras yo miraba a David.
BINABASA MO ANG
Olas de intensidad
FanfictionA veces no se conoce a una persona de la forma más bonita, pero lo importante es lo que pasa después. Justo eso es lo que ocurre con Valentina y Gavi: el principio no es lo más agradable, pero sí lo son las coincidencias de después, cuando ella ter...