Capítulo 16. ¿Qué te pasa?

8.6K 529 71
                                    

Al día siguiente desperté con Gavi a mi lado, y no pude sentirme peor, tanto por él como por mí. Al fin y al cabo, le había mentido a él y a mí misma, y no sabía cuánto tiempo iba a poder aguantar con eso. 

Traté de levantarme sin que se despertara, pero no tuve éxito. 

-¿Qué hora es? -preguntó con una voz ronca. 

-Las siete -contesté bajito. 

Asintió sin abrir los ojos y me estiró hacia él, atrapándome entre sus brazos. 

-Pablo, voy a levantarme ya -traté de soltarme. 

-Aún falta -se quejó sin moverse. 

-Ya, pero no puedo dormir más -volví a intentarlo. 

Entonces sí abrió los ojos y me miró confuso. 

-Es que estoy acostumbrada a levantarme a esta hora -expliqué como sin darle importancia. 

Frunció el ceño y abrió el candado que me había hecho. Sonreí levemente y dejé un beso sobre su mejilla más cercana a modo de respuesta antes de levantarme. 

Fui al baño a asearme, y creo que nunca había tenido una sensación tan rara. Pero si ya la había liado, no podía dar marcha atrás. Lo único que podía hacer era fingir hasta que de alguna forma mis sentimientos desaparecieran y se me olvidaran por completo. 

Así que, tomé aire frente al espejo unas cuantas veces, y después de concentrarme en lo que pensaba hacer, salí dispuesta a vestirme. 

Dejé que Gavi se desperezara mientras yo bajaba a preparar el desayuno, y una vez bajó posé una sonrisa en mi cara. 

-¿Has dormido bien? -me interesé tranquila. 

-Mhm -asintió sin más. 

Le tendí una tostada y fui a pasar por su lado para subir a buscar mi bolso y mi abrigo, pero entonces me detuvo. 

-¿Te apetece hacer algo esta noche? -preguntó haciendo que quedara frente a él. 

-¿Como por ejemplo? -me interesé. 

-No sé, ver una película o lo que sea -se encogió de hombros. 

Yo alcé las cejas. 

-Eso es muy de novios -aseguré. 

Frunció el ceño y yo sonreí. 

-¿Qué quieres hacer entonces? -me miró sin saber qué decir. 

-Pues, no sé. Podemos quedar con los demás o lo que sea -murmuré sin que se me ocurriera nada. 

-Mm, vale -contestó dudoso. 

Sonreí y dejé un beso sobre su mejilla, para después seguir mi camino. 

Suspiré una y otra vez en la habitación, aprovechando que el sevillano no estaba delante, y una vez había recogido todo, bajé de nuevo. 

-¿Nos vamos? -pregunté al llegar. 

-Sí -contestó poniéndose el abrigo. 

Ambos bajamos hacia el garaje, y Gavi condujo hasta casa de sus padres. 

-Ya me dirás a qué hora tengo que ir a tu casa -murmuré mientras frenaba. 

-Vendré a buscarte -informó. 

-Ah, vale -me giré hacia él confusa. 

Sonrió levemente y yo no esperé a que me pidiera ningún beso, sino que se lo di directamente y me despedí al bajar del coche. 

Olas de intensidadWhere stories live. Discover now