Capítulo 10. ¿Yo para qué?

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*NARRA VALENTINA*

Bajamos hasta los asientos más cercanos al campo, al lado de los banquillos, y me senté a la izquierda de Gavi. 

Todo el estadio comenzó a llenarse al poco rato, mientras los jugadores del Celta y del Barça empezaban a salir a calentar. 

Estaba ahí por trabajo, pero la verdad es que me hacía mucha ilusión ver un partido, además de que había conocido a algunos de los jugadores. Mi fan interior estaba gritando muy emocionada, pero mi exterior se basaba en mantener la compostura. Aunque no pude evitar sonreír cuando vi que Ansu y Pedri empezaban a pegarse en broma en mitad del campo.

Solté una risita y el sevillano enseguida se giró hacia mí para analizarme. 

-¿Qué pasa? -lo miré al darme cuenta. 

Negó con la cabeza como diciendo que nada, pero siguió sin apartar la mirada de mí. 

Tomé aire y alcé un poco las cejas, a lo que rodó los ojos y miró de nuevo hacia el campo. 

Sonreí de nuevo ante su reacción y entonces la que se quedó mirándolo fui yo. Llevaba el unos pantalones beiges y una sudadera blanca, con el abrigo azul del Barça por encima, haciéndome dudar de cuál era el color que le favorecía más. Aunque parecía quedarle bien todo. 

-¿Qué? -preguntó sin mirarme. 

Fruncí el ceño y se giró hacia mí. Me sorprendía lo rápido que se daba cuenta siempre de que lo estaba mirando, aunque él no me viera. 

-Que estás muy feo -aseguré en broma. 

-Pues anda que tú estás guapa -me la devolvió. 

-Seguro que Pedri piensa que sí -sonreí orgullosa. 

Entonces sí me miró mal, casi pudiendo ver cómo se mordía la lengua para no decir cualquier burrada. 

-No sé para qué dejo que vengas -murmuró mirando hacia el campo. 

Solté una risita y me acerqué a él para pasar un brazo por su espalda y abrazarlo. 

-Porque no puedes vivir sin mí ya -lo apreté con fuerza. 

-Sí, claro -sonrió y se escabulló de mis brazos. 

Reí de forma suave y se giró de nuevo sonriente para mirarme unos segundos, a lo que le guiñé un ojo divertida y él negó con la cabeza volviendo a mirar al campo. 

Prontos los jugadores entraron para salir ya del todo a jugar, y la verdad es que fue un partido bastante tranquilo. Para todos menos para Gavi. Se agitaba con cada pase perdido, y celebraba cada pase bueno. Se levantaba, se sentaba, negaba con la cabeza, aplaudía, animaba, así todo el rato. Yo hasta casi me mareaba solo de verlo. 

Y menos mal que ganamos, porque sino yo creo que hubiera sido capaz de pegarle una paliza a cualquier jugador que pillara del otro equipo, porque nos quitaron algunas buenas oportunidades. 

Aún así, el partido quedó 2-1, con ambos goles de Ansu, quién aplaudía hacia la grada muy contento. 

Me giré para mirar hacia la gente de detrás, viendo como muchos estaban haciendo fotos y vídeos a Gavi, así que pronto me di la vuelta hacia el campo otra vez.

Justo en ese momento vi como asomaba por abajo Antonio. 

-Gavi, corre, está ahí -me levanté de golpe. 

-¿Quién? -frunció el ceño. 

-El director de la revista, venga -contesté rápido. 

Se levantó al instante y cuando fuimos a bajar un par de escaleras me tendió la mano después de bajar él primero. 

Olas de intensidadWhere stories live. Discover now