Capítulo 18. Te quiero.

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Al día siguiente estuve toda la mañana en casa, y después de comer me preparé para ir a casa de Pedri. Justo cuando estaba cogiendo el bolso dispuesta a salir, mi móvil comenzó a sonar, apareciendo el nombre de Gavi en la pantalla. 

-¿Sí? -contesté algo extrañada. 

-¿Estás en casa? -preguntó con voz seria. 

-Mm, sí -fruncí el ceño. 

-Te paso a recoger, baja en cinco minutos -informó entonces. 

Fui a contestar pero me colgó al instante, así que me quedé quieta y algo nerviosa. 

-Bueno, pues nada -suspiré guardando el móvil. 

Tal y como había dicho, en cinco minutos Gavi estaba frente a mi casa, así que salí rápido y subí al coche. 

-Hey -lo miré expectante. 

-Hola -arrancó de nuevo. 

-¿A qué se debe esto? -alcé un poco las cejas. 

-¿El qué? -me miró sin más. 

-¿Que me vengas a buscar? 

-Siempre lo hago -se encogió de hombros. 

-Iba a ir con mi coche -rebatí. 

-Pues ahora vienes con el mío -sonrió irónico. 

Rodé los ojos y negué con la cabeza apartando la mirada de él, haciendo que me mirara unos segundos, para después mirar de nuevo a la carretera. 

Llegamos en nada a casa de Pedri, la cual quedaba bastante cerca de la mía, y aparcamos en el garaje. 

-Hooola -abrió Ansu la puerta. 

Solté una risita y entré tras Gavi. 

-Ah, justo iba a decirte que si querías que te fuera a buscar -me miró Pedri cómplice. 

-Pues ya ves que no -sonrió Gavi irónico. 

Su amigo asintió sin darle importancia, a lo que Gavi se dirigió hacia el comedor y yo le choqué el puño a Pedri. 

-No sé qué estáis planeando vosotros dos, pero no esperéis a que vaya a vuestro funeral, tengo muchas cosas que hacer -se nos acercó Ansu. 

Nosotros reímos y entramos hacia el comedor, donde estaban Balde, Eric, Ferrán y Fer. También estaban Sira y otra amiga suya, las cuales ambas se presentaron muy amables. 

-¿Quieres beber algo? -me miró Pedri. 

-Mhm -asentí y me dirigí hacia él para ir los dos a la cocina. 

Vi a Gavi mirarnos desde el sofá y la verdad es que me fui un poco nerviosa. 

-Vale, vamos a ir con calma -pidió Pedri. 

-Sí, mejor -suspiré algo agitada-. Espero que no nos estemos equivocando. 

-Val, hazme caso. Es la única forma de saber si de verdad piensa todo lo que dice, o si realmente te quiere solo para follar -aseguró sacando dos copas. 

Asentí y cogí el ron y la Coca-Cola, para echarnos a ambos. 

Tomé aire y salimos de nuevo hacia el comedor. 

-Aiba, estos dos van fuertes -nos miró Ferrán. 

-Sí hombre, anda que avisáis -se levantó rápido Ansu para ir hacia la cocina. 

Solté una risita y me senté al lado de Pedri en el sofá. 

Estuvimos la mayor parte de la tarde hablando, mientras iba llegando un montón de gente más que yo no conocía. Eran más amigos de Fer y Pedri, así que tampoco me molesté en saludar a todos, solo a unos cuantos que se acercaron. 

Olas de intensidadWhere stories live. Discover now