Capítulo 26. Lo siento...

8.9K 539 49
                                    

Una vez firmamos todo lo que faltaba, fuimos a casa de Pedri, donde nos esperaban todos los demás. 

Pedimos la comida en un restaurante cercano, y después de comer nos pusimos de nuevo a trabajar. 

Ya había un montón de niños apuntados, así que seleccionamos los que necesitábamos y contactamos con sus padres uno por uno, cosa que nos costó bastante. Por suerte, al inscribirse tenían que apuntar todos los datos, y así ya no lo teníamos que hacer nosotros. 

Llamé a Belén para preguntarle un par de dudas sobre la organización, y ella me ayudó todo lo que pudo, aunque tampoco me quedó muy claro. Contacté después de nuevo con los directores, para que me confirmaran los horarios y lo de las entradas. Pedri habló otra vez con los de redes sociales, para ver si nos podían cubrir y que así llegara a todo el mundo el torneo, para que la gente supiera de qué iba y por qué se realizaba. 

Seguimos trabajando en todo hasta que se hizo de noche, y yo ya me estaba muriendo de cansancio. Lo único que faltó para descolocarme ya del todo, fue la llamada de uno de los directores para decirme que nos acordáramos de que teníamos que contratar un equipo médico, por si había algún problema. Yo pensaba que podríamos contar con los del club, pero resultaba que ese día había partido del Barça B, así que no podían asistir todos los técnicos. 

-Joder... -suspiré pasándome las manos por la cara. 

-Bueno, no pasa nada, contratamos uno y ya está -solucionó Ansu. 

-¿Tú sabes lo que cuesta contratar un equipo médico? -lo miré obvia.

-Y encima encontrar uno a un día de los partidos -coincidió Pedri al darse cuenta. 

Nos pusimos a buscar por todo internet, a ver si podíamos conseguir lo que necesitábamos, pero era prácticamente imposible. Además de que nos cobrarían un montón de dinero, por algo que se suponía que era benéfico. 

Ahí sí que sentí que eso no iba a ir a ningún lado. Estábamos todos cansados y la verdad es que no teníamos ni idea de qué hacer. 

-Necesito un descanso -suspiré y me levanté para salir hacia la terraza. 

Los chicos me siguieron con la mirada y yo me apoyé en la barandilla, de espaldas a ellos, intentando buscar alguna solución. 

Hacía bastante frío, y llevaba solo el chaleco, pero no me importó demasiado. Ahí dentro me estaba agobiando y me vino bien para enfriar la mente y todo en general. 

Escuché que la puerta se abría detrás de mí, pero no me giré para ver quién era. 

-Te vas a resfriar -habló Gavi. 

Tomé aire y negué con la cabeza sin darme la vuelta. 

Entró hacia dentro, y los pocos segundos volvió a salir, acercándose a mí y poniéndome su chaqueta por encima de los hombros. 

Tragué grueso y me giré hacia él, algo seria y cansada. 

-No vamos a conseguirlo, ¿Lo sabes, no? -pregunté observándolo. 

-Bueno, ya veremos -se encogió de hombros. 

-Si no tenemos equipo médico no lo vamos a poder hacer, es ilegal -hablé obvia. 

-Tendremos equipo médico -aseguró. 

-¿Ah, sí? ¿Cómo? -alcé las cejas. 

Fue a contestar pero volvió a cerrar la boca sin saber qué decir. 

-Eso pensaba -miré hacia otro lado. 

Pude ver cómo sonreía levemente y después llevó las manos al cuello de la chaqueta como para cerrarla un poco, mientras yo me cruzaba de brazos. 

Olas de intensidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora