Conduje hasta casa de Gavi algo irritada y también cansada. Sinceramente, hasta agradecía que mis amigas no estuvieran, porque así no tenía que salir ni hacer nada.
Avisé a Pablo de que ya estaba fuera de su casa, y acto seguido leí los mensajes que me iban llegando de mis amigas, felicitándome y pidiéndome perdón a partes iguales. Obviamente estaba bastante desanimada, pero no quise seguir dándole importancia, al fin y al cabo, solo era un día más y ya está.
A los pocos minutos, Pablo salió por la puerta de casa, pasando por delante del coche algo serio.
-Hey -saludó al abrir la puerta-. Siento haberte hecho venir, pero si Pedri falta al entrenamiento de hoy, Xavi lo mata -explicó un poco preocupado.
-No pasa nada, de todas formas tu madre ya me ha dicho que me vaya a casa -le quité importancia y empecé a conducir.
-¿Y eso? -me miró confuso.
Por unos segundos dudé en si decírselo o no, pero total, qué más daba ya.
-Hoy es mi cumpleaños. Y bueno, tampoco...
-¿Cómo que hoy es tu cumpleaños? -me interrumpió de golpe.
-Mhm -asentí con una expresión de no darle demasiada importancia.
-¿Es una broma o algo? -me miró incrédulo.
-Mm, no -lo miré durante unos segundos.
Se quedó analizándome, como sin saber si le decía o no la verdad.
-¿Y por qué no me lo habías dicho? -preguntó obvio.
-Hombre, pues como comprenderás no voy a levantarme y a decir, "Ay hoy es mi cumpleaños, Pablo" -puse voz ridícula-. Además, ni siquiera yo me he acordado -reconocí.
-Joder, Valentina, no digo que te pongas un cartel en la frente, pero no sé... -se encogió de hombros sin saber qué decir.
-No importa. No sé, pensaba que te lo habría dicho Pedri o algo, pero parece que él tampoco se ha acordado -murmuré entonces.
-Pf, justo te has ido a fiar del mejor -alzó las cejas sarcástico.
-¿A qué te refieres?
-A que no sabe ni qué día es su cumpleaños, como para acordarse del de los demás -contestó obvio.
Negué con la cabeza y seguí conduciendo en absoluto silencio con un Gavi un tanto enfadado, hasta que al poco llegamos frente a la casa de su amigo.
Seguí al sevillano hasta la entrada, donde buscó una llave debajo de una figurita que había de decoración, para después abrir.
-Pedri -elevó un poco la voz mientras entrábamos-. Ya estamos.
Sin embargo, no contestó nadie.
-Como haya conseguido salir y me haya hecho venir aquí para nada... -murmuró bajito.
Alcé las cejas un poco y lo seguí hacia el comedor, donde no había nadie.
-Igual está en su habitación -hice el amago de subir.
-Espera -me frenó Gavi y señaló la puerta de la terraza que estaba abierta.
Se dirigió hacia allí y yo me giré hacia la cocina.
-Está aquí -gritó Pablo desde fuera.
Rodé los ojos y me dirigí hacia ahí, mientras sacaba el móvil del bolsillo para mirar la hora y escribirles un mensaje a mis amigas, preguntándoles si podrían hacer videollamada.
YOU ARE READING
Olas de intensidad
FanfictionA veces no se conoce a una persona de la forma más bonita, pero lo importante es lo que pasa después. Justo eso es lo que ocurre con Valentina y Gavi: el principio no es lo más agradable, pero sí lo son las coincidencias de después, cuando ella ter...