Capítulo 12. Fuiste tú el que me besaste.

10.2K 562 91
                                    

Toda la tensión de ese momento, que no era poca, acabó ahí. 

Me separé de Gavi y salí de la habitación sin decir nada. No quería hacer nada con él, porque todavía no tenía claro si estaba o no con esa chica, y no quería entrar en un triángulo amoroso o lo que fuera. 

Me dirigí de nuevo hacia mi habitación y me metí en la cama dispuesta a escribirle a Pedri, quien había empezado a seguirme en Instagram esa noche. 

"Este tío es un hijo de puta", puse directamente. 

Por suerte, no tardó demasiado en contestar. 

"¿Ya has caído? Jajajajajaajaj", fue su respuesta. 

"No. Pero madre mía", suspiré ante eso. 

El canario volvió a reír y yo negué con la cabeza, tratando de que en mi cara no apareciera una sonrisa tonta. 

Dejé el móvil en la mesita y me tapé con la manta tratando dormir, cosa que obviamente se me hizo difícil. 

Cuando desperté al día siguiente, fui al baño a asearme y me volví a sentar en la cama para analizar un poco la situación. 

Rebobiné y repetí todo lo que había pasado la noche anterior, pero no encontraba ningún tipo de explicación a nada. No sabía qué había pasado con Gavi, ni por qué tenía la sensación de haberla cagado. 

Tomé aire y esperé que no se diera una situación incómoda entre nosotros. 

Sin embargo, no pareció hacerlo. 

Cuando bajé al comedor, vi como el sevillano entraba desde el jardín. 

-Buenos días -me miró rápido. 

-Buenos días -contesté todavía con su ropa puesta. 

Se dirigió hacia la cocina y yo le seguí. 

-Voy a llamar a un taxi para que me lleve a casa -informé. 

-Puedo llevarte yo -me miró apoyándose en la encimera. 

-¿Ahora? -lo miré también. 

-Bueno, cuando quieras -se encogió de hombros-. Han venido los chicos y estamos en el jardín charlando y tal -explicó-. Quédate si quieres y cuando te canses te llevo a casa. 

Asentí sin saber qué decir y dirigí la mirada hacia el jardín, para ver a cómo Ansu entraba y se dirigía hacia nosotros. 

-¿Has encontrado ya la pelota? -le preguntó a Gavi. 

-No, ahora voy -suspiró el otro mirándolo. 

Ansu abrió la nevera para coger un batido e irse, a lo que el sevillano rodó los ojos girándose hacia mí. 

-Desayuna algo si quieres y sal a la terraza -se acercó un poco. 

-¿Puedo cogerte una sudadera? -tenía algo de frío. 

Asintió y se quitó la que llevaba puesta para tendérmela.

-Ahora subo yo a por otra -informó tranquilo. 

Asentí y la cogí, a lo que sonrió levemente y pasó por mi lado para subir hacia su habitación. 

Suspiré y me dispuse a ponérmela, haciendo que al instante toda la colonia que llevaba puesta me invadiera de golpe. 

Negué con la cabeza como para quitármelo de la mente y me dirigí hacia la nevera para coger también un batido y salir hacia fuera. 

-Buenos días -sonrió Pedri divertido desde un sofá. 

Olas de intensidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora