A pesar de la emoción que tenía en el cuerpo por el partido y el nerviosismo por volver a ver a Gavi, me obligué a mí misma a irme a dormir nada más llegar, porque al día siguiente tenía que trabajar.
Me levanté bastante contenta, así que puse un poco de música mientras me duchaba, y lo mismo mientras me vestía. Desde que íbamos a la oficina, me arreglaba un poco más, así que ese día escogí un traje gris, con un body blanco de tirantes debajo y unas deportivas blancas para darle un toque más informal.
Cogí mis cosas, y después de desayunar salí directa hacia el trabajo, con un poco de prisa, porque para variar, iba con el tiempo justo.
-Buenos días -saludé a Belén al llegar al despacho.
-Buenos días, cariño -sonrió elevando la vista hacia mí-. Ay, qué guapa. Algún día podrías enseñarme dónde te compras la ropa -me analizó.
Solté una risita y dejé el abrigo sobre la silla.
-Cuando quieras -acepté sin problema.
Sonrió y dio un trago a su café.
-¿Qué tal el partido de ayer? -se interesó después.
-Muy bien, la verdad. Mucha tensión -abrí el portátil.
-Ya imagino -alzó las cejas-. ¿Hacía mucho que no ibas a uno, no?
Levante la mirada hacia ella y traté de sonreír.
-Sí, bueno, no he tenido mucho tiempo -puse de excusa.
Asintió y se quedó observándome.
-Me dijo Pablo que se pusieron muy contentos porque hacía mucho que no te veían -habló de nuevo.
-Ah, ¿Eso te dijo? -me interesé.
-Mhm -asintió.
Asentí también y volví a mi portátil, a lo que ella me imitó.
-Me hace gracia porque desde que ya no trabajamos en casa no viene tanto a vernos -añadió-. Aunque bueno, cada vez sospecho más de que no venía para verme a mí precisamente -volvió a mirarme.
Sonreí levemente y seguí mirando la pantalla.
-¿Tú qué opinas? -preguntó divertida.
Me encogí de hombros y comencé a escribir cualquier cosa en el ordenador.
-No sé de qué me hablas, Belén -traté de pasar del tema.
Soltó una risita y yo le dediqué una mirada corta mientras volvía a subirse las gafas y se ponía a trabajar.
Tomé aire de forma disimulada y tragué grueso, esperando que no me dijera nada más.
Sin embargo, no lo hizo, y menos mal. Así que ambas seguimos trabajando toda la mañana. Teníamos un montón de trabajo y muchos proyectos abiertos. Sinceramente había momentos en los que pensaba que no llegaríamos a todo, y eso me causaba mucho estrés y ansiedad.
Ese día envié como mil correos para concretar cosas con diversas compañías, y no os podéis imaginar lo que me molestaba que tardaran semanas en contestar, cuando también se supone que era de su interés.
Belén siempre me mandaba a mí ese trabajo porque decía que sino rompería los contratos con todo el mundo, y yo empezaba a entenderla, pero alguien tenía que hacerlo.
Intenté seguir concentrándome, pasando a otra cosa mientras esperaba a ver si alguien me contestaba, pero mi nivel de estrés aumentaba cada vez más.
BINABASA MO ANG
Olas de intensidad
FanfictionA veces no se conoce a una persona de la forma más bonita, pero lo importante es lo que pasa después. Justo eso es lo que ocurre con Valentina y Gavi: el principio no es lo más agradable, pero sí lo son las coincidencias de después, cuando ella ter...