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"A-Ada... po-por favor... ahhh....nghh..." Los suaves gemidos escaparon de tu boca. "Es... es demasiado... ahhh......"
"¿Es ese el lugar, pequeña?" Ella se rió entre dientes, rodeando tu clítoris con el vibrador un poco más intensamente que antes. "¿Eso se siente bien? ¿Hm?"
Todo lo que podías hacer era dejar escapar un chillido de placer mientras tus piernas temblaban y se estremecían. Ada besó tu cuello y mordisqueó el tendón allí, su lápiz labial rojo corrió contra tu piel. Su perfume olía tan celestial como siempre, pero el aroma del sexo solo parecía realzarlo. Sus uñas cuidadas no tuvieron ningún problema en dar vueltas alrededor de tus pezones endurecidos mientras la otra te daba placer con su juguete favorito.
"Hmm... no te vengas todavía". Ada sonrió. Parecía una diosa con el cabello revuelto, el lápiz labial corrido y la piel sonrojada. "Quiero probar algo".
Soltaste un gemido de pérdida cuando ella apagó el vibrador y lo colocó en la mesita de noche de la habitación del hotel. Luego sacó un juguete nuevo que nunca antes habías visto. Era largo y flexible con una cabeza en forma de pene en cada extremo. Casi esperabas que fuera rojo, como el resto de los juguetes de su colección, pero era transparente, casi azul gelatina. Algo parecía un poco fuera de lugar, pero a juzgar por el hecho de que tenía dos extremos... algo decía que lo disfrutarías.
"Creo que sabes lo que es esto". Ella sonrió, metiéndose un extremo en la boca y chupándolo. Presionó el otro extremo contra el tuyo. Lo chupaste felizmente, dejando que la cabeza bulbosa se cubriera con tu saliva. "Mmm..."
Eventualmente dejó que el juguete se le cayera de los labios y te persuadió para que soltaras tu extremo. Miraste el juguete mientras ella comenzaba a deslizarlo lentamente entre tus muslos. Tragaste saliva y te mordiste el labio con placer mientras ella jugueteaba con tus pliegues.
