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Tu corazón latía con fuerza en tu pecho mientras te ataban a la camilla de metal, tirando de ella para mantenerte erguida. El metal de los brazos se sentía frío y el cuero te mordía las muñecas. Hoy era el día en el que iban a poner a prueba tu producción hormonal y tu durabilidad. Hace meses tu eras un científico preciado que se había ofrecido como voluntario para los ensayos de Progenitor y quería ver qué había logrado su trabajo. Ahora te sentías más como una rata de laboratorio, corriendo constantemente, empujada y pinchada... y bajo la constante vigilancia de William Birkin y Albert Wesker.
Sabías que este sería el problema al ser voluntario. Habías sido una de las mascotas de Spencer, o eso pensaban tus colegas, ascendiendo rápidamente en las filas a una edad temprana y chocando con los mismos hombres que ahora supervisaban esta experiencia en particular. Después del juicio, todo el grupo pensó que morirías. Pero cuando despertaste con nuevos poderes, es decir, una fuerza que podía destrozar a un hombre con tus propias manos... Te habían transformado en su nuevo proyecto y obsesión.
Ahora, mirando hacia el lado equivocado del vidrio unidireccional, frunciste el ceño ante tu propia imagen mientras los distintos trabajadores comenzaban a rodar en bandejas. Sabes que Birkin y Wesker estaban en el lado opuesto, mirándote con interés y cínico deleite. Habías trabajado con ambos hombres en el pasado y su desdén por sus métodos se había hecho bien conocido. Esto no fue diferente...
Saltaste cuando la aguja golpeó tus venas, resoplando suavemente.
"¿Realmente tenemos que preocuparnos por esto?"
El altavoz hizo clic y una voz tranquila respondió.
"Necesitamos asegurarnos de que la nueva constitución de tu cuerpo pueda soportar los extremos. No podemos permitir que entres en ira o miedo en un abrir y cerrar de ojos..."
