Capítulo 57

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Narrador Omnisciente
Nueva Jersey, 2014

Amity Taylor (Hexside):
¡Heeey linda!   
                                    15:20

Yo:
Hola, buenos días
                    15:30 √√

Amity Taylor (Hexside):
Buenos días a ti también :)
¿Tienes algo que hacer hoy? Conozco un restaurante muy bueno y si quieres... de camino podemos pasar por mi otro departamento... ¿quieres?
                                                               15:31

Yo:
Lo lamento, pero no estoy en la ciudad. He viajado a Nueva York para visitar a alguien.
                                                                 15:45 √√


No quiso decir el verdadero lugar en donde se encontraba, ella no tenía que decírselo, ¿o sí?. Si se lo dijera, ella sabría a quienes está visitando.


Amity Taylor (Hexside):
¿A tu novio?
                   15:47

Yo:
No creo que deba importarte. O que tenga que darte explicaciones.
                                                             15:47 √√

Amity Taylor (Hexside):
Lo sé, lo sé, lo siento...
Pero realmente tenía ganas de verte :(
disfruta tu fin de semana, te quiero ❤
                                                           15:48 (visto)

Dicen que unas vacaciones no les hacen mal a nadie, por más cortas que sean. Y una profesora latina lo tenía muy presente.
La profesora suspiró y observó el último mensaje de la que ahora podría llamar como su... amante.
¿Cuando se había convertido en el mal tercio? ¿Eso era para lo único que valía, ser una amante?
Miles y miles de recuerdos de su adolescencia se hicieron presentes e hicieron que se odiara mucho más de lo que hacía.
No tuvo mucho más tiempo para lamentarse porque de un momento a otro, unas pequeñas manos le arrebataron el aparato en un segundo.

—¡Camila, Abigail! ¡Vuelvan aquí, pequeñas diablas! —gritó Luz levantándose del sofá para persiguir a las pequeñas gemelas que le habían robado el teléfono de las manos. Agradecía que las niñas no supieran leer aún, porque no había tenido tiempo de bloquear el teléfono.

—¡Corre más rápido, Mila! —La más pequeña de las gemelas hacía todo su esfuerzo para correr, tanto como sus cortas piernas se lo permitían

—¡¿No ves que eso hago?! —Lloriqueó siendo perseguida por Luz.

Abigail y Camila eran las niñas más hermosas que Luz había conocido, siendo solo niñas de cinco años, eran la luz de los ojos de su tía; o bueno... prima.

—¡Oye, deja de perseguir a mis hijas! —exclamó una latina que a pesar de los años se mantenía como cuando tenía veinticinco.

—¡Luu, dile a tus mocosas que me den mi celular! —chilló la morena como si fuera una niña pequeña —¡Cada vez que vengo a su casa me roban algo! —dijo recordando la última vez que vino y le quitaron la billetera; no quedaba duda quien eran hijas.

—Sí, lo siento. Suelen hacer eso —Se encogió de hombros y se ganó una mirada mortal por parte de su sobrina. —¡Está bien, ya las regaño! —rodó los ojos —Niñas, devuelvanle el teléfono a su prima... —Les dijo a las pequeñas gemelas que estaban escondidas detrás del sofá.

—¡No! —gritaron al unísono las niñas —¡Qué viva la revolución! —chilló Camila.

—¡Qué viva lo que sea que eso sea! —le siguió su hermana mayor.

El Deseo De Amar Para Siempre | LumityWhere stories live. Discover now