Capítulo 74

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Amity Blight
7 de Marzo 1994
21:45pm

No puedo creer que ya haya cumplido dieciocho años, es como si el tiempo hubiera pasado volando y hace un par de días tenía dieciséis y estaba en la cafetería de Hexside charlando y bromeando con Willow, Gus y Luz.
Pero hoy, todo eso era parte del pasado... un efímero recuerdo, uno de tantos recuerdos que jamás volverían.

En menos de cinco días mi vida jamás volvería a ser la misma, porque unirían mi vida a la de un hombre al cual no amo ni deseo para mí. En menos de cinco días perdería al verdadero amor de mi vida.
Hoy se supone que era mi cumpleaños y que debería estar celebrándolo o recibiendo regalos. Pero no, mi cumpleaños y esas palabras nunca estuvieron en una misma página; y este año tampoco fue la excepción, pues mi maldito día "especial" se pasó volando entre ensayos para la boda y jodidas elecciones de menú.

—¿Qué haces aquí, Amity? —Cuestionó Luz detrás de mí con su inconfundible acento latino. Mentiría si dijera que no me petrifiqué. Obviamente sabía que me la encontraría, después de todo estaba plantada delante de su puerta, completamente indecisa de si golpear o no.
De manera casi robótica me giré en mi propio eje para enfrentarla, ella estaba vestida con un abrigo negro y un pantalón morado un poco holgado. En sus manos llevaba una bolsa de comestibles, obviamente regresaba de la tienda.

—Hola yo... iba de pasada por el vecindario y pensé que sería lindo pasar a decir hola... —Claramente mentía, pero aún así sonreí con nerviosismo a la vez que frotaba mis manos una contra buscando un poco de calor. Ella levantó una ceja como forma de decir "¿Sabes que no te creo verdad?", pero preferí ignorarlo. —Eh... bueno ya que pude decir hola, tengo que irme... —caminé con rapidez pasando a su lado con la mirada gacha. Pero antes de que me alejara dijo:

—¿No quieres entrar un momento?, hace un poco de frío aquí... —sugirió y yo me di la vuelta.

Y por supuesto no iba a rechazar esa propuesta, no iba a rechazar ninguna oportunidad de pasar tiempo con ella.

—Claro, ¿por qué no? —sonreí sin poder evitarlo.

Minutos después me encontraba sentada en su sillón, y mi abrigo estaba a apoyado en el respaldo a un lado de mí.
Luz había desaparecido escaleras arriba luego de dejar la bolsa de papel en la cocina, y se excusó diciendo que tenía que buscar algo.
Recorrí la sala con la mirada y sonreí al ver que en esa casa todo seguía igual de cálido que siempre. Ojalá tuviera una familia como las Noceda, quizás podría ser incluso una mejor persona como las dos mujeres que habitaban esa casa.

—¡Regresé! —exclamó bajando las escaleras con rapidez. —¿Quieres algo de comer o tomar?

—No, gracias, estoy bien.

—Esta bien. —Asintió —Oye... yo.. no esperaba verte, pero aún así pensé en comprarte algo, cuando lo vi pensé inmediatamente en ti, así que... —carraspeó aclarándose la garganta —Espero que te guste. —me entregó un brazalete plateado con varios dijes brillantes en él. Lo tomé bastante sorprendida, y pude observar detalladamente sus detalles.
Los dijes eran cada una de las fases de la luna, y cada una de estas estaba meticulosamente representada, desde la luna nueva, pasando por el cuarto creciente y menguante, hasta llegar a la majestuosa luna llena. El brillo plateado resaltaba los detalles de cada fase, creando un efecto cautivador que parecía capturar la esencia misma del ciclo lunar. —Pero no estás obligada a aceptarla, comprenderé si me dices que es horrible...

Era realmente lo más hermoso que me habían regalado.

—Es realmente hermoso, Luz, muchísimas gracias. —sonreí para luego tomar su mano y apretarla. No lo había notado, pero su pierna subía y bajaba con rapidez a causa del nerviosismo.  —Aprecio que te hayas molestado en conseguirme un regalo... —ella miró la unión de nuestras manos y luego me miró a mí otra vez.

El Deseo De Amar Para Siempre | LumityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora