Capítulo 73

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8 de Enero, 1994
Residencia Noceda.


Luz respiró profundo y se preparó mentalmente cuando finalmente se decidió a salir de su habitación, estaba apunto de tener un ataque de pánico, pero tenía que hacerlo, no podía seguir posponiendo aquella conversación.
Los escalones que rechinaban con cada paso que daba la ponían nerviosa, y es como si cada chillido de la madera le dijera que era una muy mala idea y que debía retractarse. Cuando menos se dio cuenta, ya estaba en la sala observando en silencio a su madre, quien cosía algunas prendas rotas.

—Mamá... ¿Puedo hablar contigo? —inquirió —Solo si no estás muy ocupada. —Camila la observó intensamente para luego dejar a un lado las la ropa que cosía.

—Oh no, tranquila, —restó importancia mientras seguía dando puntadas al pantalón negro en sus manos —¿qué sucede?

—Hay algo que debo contarte. —Camila la observó unos segundos y entrecerró los ojos, como si de esa forma pudiera leer sus pensamientos; luego asintió y señaló la silla frente a ella para que Luz se sentara —Bueno... ¿Por donde comienzo?

—Supongo que desde el comienzo, mija —se encogió de hombros y sonrió, causando que sus facciones se arrugaran por el gesto.

Aquella broma aligeró un poco la ansiedad que la morena sentía, pero no del todo —Bueno... últimamente he estado sintiéndome un poco perdida, como si mi vida fuera un barco que está pasando por una tormenta y no puedo enderezar el timón.

—Okey... —frunció el ceño bastante confusa, luego se quedó en silencio mientras cambiaba el color del hilo de su aguja —Eso sonó bastante profundo, cariño. Pero escucha, a veces la vida suele ser muy difícil, es todo parte de un proceso... por más injusto o tonto suene, pero lo es, y sucede sobre todo cuando nos relacionamos con otras personas o cuando estamos creciendo. La vida está llena de procesos, pero es por eso que debes mantenerte firme y hacerle frente a ese proceso... —hizo una pausa y analizó el rostro ajeno —¿Pero qué te preocupa exactamente? ¿Hay algo en particular que te está molestando?

—Es que... me siento confundida sobre cómo saber si estoy tomando decisiones correctas o si estoy valorandome lo suficiente.

—Es normal sentirse así a veces, pero si no me equivoco creo que es algo más profundo que eso: ¿qué es?

Eso es lo que muchos llaman el instinto materno, yo lo llamo poder maternal, el cual pueden usarlo para el bien o para el mal.
A veces suelen usarlo para manipular la opinión de sus propios hijos y hacerles creer que ha salido de su propia cabeza, o cosas simples como saber cuando estás mintiendo u ocultando algo.

Luz suspiró —¿Recuerdas que he estado teniendo conflictos con mi relación con Amity? —Camila asintió —Sobre eso...

Hizo una pausa y un silencio se instaló en el ambiente, la matriarca esperaba paciente e intensamente a que su hija terminara de hablar. Pero la más joven sabía que no podía decirle toda la verdad a su madre.

—¿Recuerdas la vez que Amity vino a nuestra casa con un pie roto y la nariz sangrando? —Camila asintió nuevamente. —Esa vez no te contamos la verdad. —confesó e hizo una pausa —Aquel de los padres de Amity se enteraron de nuestra relación, y como debes haberte dado cuenta no reaccionaron muy bien... —la expresión sorprendida y afligida del rostro de Camila era genuino.

—¡Que malditos!, ¿cómo es posible que unos padres le hagan daño a su propia hija? —frunció el ceño e hizo una mueca de desagrado.

Luz sonrió ante la evidente indignación de su progenitora.

—También pensé eso. —asintió —Pero antes de que me vaya por las ramas... los hermanos de Amity y yo creemos que es injusto lo que está pasando por culpa de sus padres. ¡Y es que no solo viene de ahora, si no que a sus hermanos les hacía lo mismo y eso me llena de coraje! ¡Y lo peor de todo es que ni siquiera pueden elegir su propio futuro! —chilló escandalizada —¡¿Cómo es posible que sus propios padres aplasten sus sueños y felicidad solo porque no se acopla a lo que ellos quieren?! —apretó los puños que estaban apoyados sobre la mesa y luego suspiró tratando de calmarse luego de ver la mueca confundida de su madre. —Lo siento, es que me pone bastante mal este tema y el hecho de que Amity no le cuente a nadie lo que está pasando.

El Deseo De Amar Para Siempre | LumityWhere stories live. Discover now