Capítulo 67

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Omnisciente

Un par de semanas después de aquel horrible día en donde Amity fue obligada a firmar su sentencia de infelicidad.
Donde también durante esas semanas, la Blight seguía yendo el hospital para visitar a la morena, quien por más preguntas o charla que intente darle no es capaz de darle ni mayor mirada de odio.

Luz estaba ahí. Pero a la vez es como si no estuviera.

A la ojidorada le carcomía el alma que ni siquiera le dedicara una mirada, aunque estuviera llena de odio. Es por eso, que hace un par de días decidió hablar con su hermana.



Hace tres días...

Fue difícil contactarse con su hermana teniendo en cuenta que su madre la hace ir acompañada a absolutamente a todos lados. De milagro logra escabullirse de la escuela hasta el hospital, y eso lo logra saltándose las clases. Pero no sabe hasta cuando va a funcionar sin que Odalia o Alador se den cuenta.
Y duda que sobornar al guardaespaldas y al chofer sea una opción, aunque no pierde nada con intentar.

—¡No lo entiendes, Emira! —reclamó la más joven ante las reprimendas de su hermana. Acababa de soltar la bomba, quizás decirle "me voy a casar con el hijo de los Taylor", no era la mejor manera que había.
Apenas lo dijo, su hermana comenzó a juzgarla diciendo que era una malagradecida con Luz teniendo en cuenta todo lo que había hecho por ella a lo largo de su relación e incluso su amistad.

—¡Claro que no lo entiendo! —dijo en el mismo tono. —¿Cómo puedes tener tan poco corazón de comprometerte con un muchacho sabiendo que TU NOVIA —hizo énfasis en la última palabra. —está hospitalizada y casi muere?

—¿¡Por qué siempre me juzgas sin preguntarme!?, —gritó. —¡si vine contigo es porque no tengo a nadie más para recurrir!

Amelia, quien también estaba presente durante la conversación, habló por primera vez.

—Creo que no deberíamos juzgar desde nuestra posición, Em, creo que todo esto debe tener una explicación, ¿me equivoco? —tranquilizó la abogada. —Además, es un poco gracioso que recién ahora me vengo a enterar que sales con la sobrina de mi futura esposa, y que llevan casi un año saliendo. —comentó dedicándole una sonrisa a la más joven, quien le sonrió de vuelta.

—Gracias, Amelia, finalmente alguien que no me juzga. —agradeció. —Pero tú, Emira, solo me juzgas y no piensas en quizás esto no es lo que quiero.

—¿Acaso te pusieron un arma en la cabeza y te obligaron a firmar? —cuestionó con ironía.

Amelia rió.

—Teniendo en cuenta que hablamos de Odalia, sí, eso es lo más probable. —negó con la cabeza a la vez que mordía su labio inferior. —¿Puedes contarnos bien lo que pasó?

Y así lo hizo. Explicó de principio a fin lo que pasó, desde el día que escapó de casa, hasta las cartas que recibia casi todos los días y por último la propuesta de John.

—¡Esa puta!, —exclamó Amelia sorprendiendo a ambas chicas. —¡debería haber quemado su casa con ella dentro el día que tuve oportunidad!

—¿Quisiste quemar la casa? —cuestionó Emira.

—Eso no importa ahora, Emira, hay algo más importante ahora. —bufó enojada. Suspiró y luego miró a Amity a los ojos. —¿Entonces te amenazó con que si no te alejabas de ella la mataría?

—Sí...

—¿Y dices que seguiste yendo al hospital?

—Eh... sí... —dijo apenada.

El Deseo De Amar Para Siempre | LumityWo Geschichten leben. Entdecke jetzt