Capítulo 65

501 48 43
                                    

Amity Blight
1993

Observé mi pie cubierto por un yeso y suspiré. Me dolía la espalda a causa de aquellos asientos incómodos de hospital...
Luz había despertado hace dos días, cuatro después de que ingresó a terapia.

Aún no había verla, tampoco estaba entusiasmada de ver su estado actual, pues la culpa de que aquello que le pasó era gracias a mí no me dejaba vivir en paz. Aunque ni siquiera a su madre la dejaron pasar... alegaban que debían asegurarse que todo en su cabeza y sus pulmones estuvieran bien; yo realmente esperaba lo mismo
Hace por lo menos dos horas un par de enfermeras dijeron que podríamos pasar a verla cuando sea el horario de visita, el cual era en diez minutos. Camila daba vueltas por todo el hospital completamente nerviosa, su hermana intentaba calmarla inutilmente; ella solo seguía dando vueltas por el mismo pasillo una y otra vez.
Me hubiera levantado para estar como ella si no hubiera sido por una presencia a mi lado. Ladee la cabeza para poder mirar de reojo a mi acompañante.

—Hey... —saludó sin ninguna expresión —¿cómo estás? —preguntó

—¿cómo sabías que estaba aquí? —cuestione.

—Amelia. —se limitó a decir la femenina.

Claro, tuve que suponerlo. Amelia le diría a Emira sobre mi estado actual y el de Luz, y por obvias razones ella vendría a ver.

—¿Por qué viniste?

—Eres mi hermana, podemos estar peleadas, pero siempre seras mi hermanita pequeña... no importa que tan lejos estemos. —aquellas palabras me alegraron, pero traté de mantenerme fuerte. —¿Ellos te hicieron eso? —me señaló.

No respondí, solo asentí.

—¿Por qué? —volvió a preguntar.

—Supieron que me gustan las mujeres, y mamá enfureció.

—Lo siento mucho.

—No lo sientas, sabía que esto pasaría o que lo descubriría tarde o temprano. Es mi culpa por haber confiado en ella una última vez, gente como nuestra madre nunca cambia... tenían razón, debí haberles hecho caso. Pero por primera vez en mi vida creía que tendría a una madre que se preocupara por mí o que me dijera que me quiere, creí que lo necesitaba luego de que la abuela murió... creía que después de todo ella se había redimido de sus acciones; pero me equivoqué... cómo siempre. Perdóname, Em... —mi voz se quebró en aquella última oración. —Perdóname por todo... si les hubiera hecho caso, Luz no estaría así... es todo mi culpa.

Emira se quedó en silencio, creí que se había ido, pues no me atrevía a mirarla después de lo que pasó. Ella no dijo nada, pero supe que estaba ahí gracias al suspiro que largó, me sorprendió cuando tomó mis hombros desde su posición y me atrajo a ella en un abrazo, hizo que apoyara mi cabeza en su regazo y acariciaba mi cabello con sus dedos.

—No es tu culpa, manoplas, eres solo una víctima más... tú no tienes la culpa de nada. Yo también fui una tonta al reaccionar de esa manera, no me puse en tu lugar... cuando era más pequeña lo que más quería era la atención de nuestra madre o por lo menos un mísero abrazo de nuestro padre. —Sabía que ella decía eso para que no me culpara, pero yo sabía que tenía mi porcentaje de culpa en todo esto. Pero fue inevitable sentir al instante como si un pequeño peso saliera de mis hombros, como si sintiera paz. —Todo va a estar bien, eres muy valiente... —susurraba mientras acariciaba mi cabello.

Quizás era una escena poco adecuada para una sala de espera en un hospital. Pero eso no me importaba, yo solo quería sentirme así de segura todo el tiempo.

—No volveré a dejarte ir, ¿okey? —dijo y yo asentí.

Quería poder creer eso. Pero algo en mí no tenía fe.

El Deseo De Amar Para Siempre | LumityWhere stories live. Discover now