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Faltaban tres días para la cesaría y yo no podría estar más ansiosa por no decir aterrada. ¿Sería una buena madre? ¿Como sabría que necesitaría mi bebé? ¿Que le diría sobre su padre cuando preguntara por el?

— No se por que insististe demasiado en acompañarme si se supone que deberías estar descansando. –la voz de Dean me saco de mis pensamientos.

— Venir a la playa me ayuda a relajarme.

Observó la playa cercas del terreno donde nos encontramos. El abuelo había conseguido comprar un gran y Perfecto terreno para comenzar la construcción.

Los últimos diez días me había vuelto muy amiga de Dean y siempre platicábamos por mensajes, había descubierto que era un chico encantador y muy inteligente. Así que le había insistido tanto en que me trajera a ver la propiedad hasta que acepto a regañadientes.

— Seguro mi padre hará un excelente trabajo con la arquitectura del hotel.

— Seguro que si, es un excelente arquitecto por lo que he escuchado.

Le di una sonrisa, y observe al horizonte mientras el aire salado revoloteaba contra mi cara. Todos estos meses me la había pasado mayor mente encerrada en el departamento pero creo que era hora de comenzar a vivir mi vida de nuevo.

— Shaleen, ¿por qué hay sangre en tus piernas? –preguntó muy preocupado Dean a mi lado, lográndome sacar de mi trance.

Baje mi vista hacia el final de mi vestido y observe un hilo de sangre corriendo por mis piernas. Mis ojos se llenaron de lágrimas, había estado tan concentrada pensando que no me había dado cuenta.

— Vamos sube iremos al hospital.

Dean me llevo cuidadosamente hasta su automóvil y comenzó a conducirlo mas rápido que pudo hacia el hospital. Yo ni siquiera podía pensar en nada, era como si lo mente estuviera en blanco y mi cuerpo estuviera congelado.

▫️▫️▫️

Todo había pasado tan rápido, estaba en el hospital donde me atendía mi médico. Todo el camino había sido confuso, desde Dean tratando de calmarme y hacerme reaccionar, hasta el mismo Dean llamando a mi Ginecólogo y obstetra, y a mi familia.

Ahora estaba acostada en la camilla del quirófano, observando el techo blanco del quirófano. Según el doctor, había tenido desprendimiento de la placenta y urgentemente me realizaría una cesárea de emergencia.

— Todo estará bien, conocerás a Jackson en unos minutos. –hablo Dean tratando de tranquilizarme a mi lado.

Mi idea era que mi madre estuviera conmigo cuando naciera mi hijo, pero debido a la urgencia había terminado arrastrando a Dean conmigo y afortunadamente no se había negado. Y iba a estar el resto de mi vida agradecida con él por eso.

Mi cerebro aún estaba tratando de asimilar todo lo que estaba sucediendo. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por un fuerte llanto y la voz de médico anunciando el nacimiento de mi hijo.

— Felicidades a la nueva mamá, Jackson es un bebé muy sano. –dijo el doctor mientras lo ponían en mi pecho para verlo por primera vez.

El llanto de Nicholas se calmó una vez que sintió mi cercanía. Mis ojos se llenaron de lágrimas, jamás iba a deja que algo le faltara a mi pequeño y haría que tuviera una vida magnífica.

Después de unos minutos, se llevaron a Nicholas para hacerle las pruebas y todo lo que necesitaba.

— Gracias Dean, no hubiera podido logrado sin tu ayuda.

— No tienes nada que agradecer, fue muy especial poder acompañarte en un momento así.

Apreté su mano y le di una sonrisa, la enfermera me colocó un sedante para poder descansar un poco y todo se puso negro.

Abrí los ojos topándome con un techo negro, parpadeo un par de veces hasta acostumbrarme a la luz.

— Hola cariño, ¿como te sientes? –preguntó mi madre.

— Muy bien, ¿Donde está Nicholas?

— En unos momentos lo traeran las enfermeras, es un niño tan hermoso, seras una gran madre.

Mi madre medio un beso en mi frente y acaricio mi cabeza con amor.

— ¿Hablaras con Aidan?

Sentí mi corazón latir más rápido ante la mención de Aidan. Ahora el también era padre y sabía que tenía que decirle pero mi orgullo no me lo permitiría. También estaba el hecho que estaba casado y también estaba esperando a su hijo con su esposa.

— No, yo lo he pensado y creo que es mejor así, ahora el tiene a su familia.

— Si así lo decides esta bien cariño.

— Mi abuelo dice que puedo ir a terminar de estudiar a Londres.

Observe a mi madre ponerse seria ante mi declaración.

— ¿Y que opinas sobre eso? —preguntó— Sabes que será un cambio enorme y ahora tienes a una pequeña persona que te acompañará.

– Sería un buen cambio, poder comenzar de nuevo.

Lo haría iría a Londres y comenzaría de cero junto a mi hijo. Dejaría todo atrás. Eso me haría bien, y era una gran oportunidad estudiar en una de las mejores escuelas de negocios internaciones en Londres con ayuda de mis abuelos.

— Entonces espero que te vayauy bien cariño, iré a visitarte muchas veces.

Sugar HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora