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La semana había pasado demasiado rápido, entre proyectos, trabajos y exposiciones. Los exámenes comenzarían dentro de dos semanas y ya tenía que ponerme a estudiar par poder seguir manteniendo mi buen promedio y con ello mi beca. Mire a mi amiga quien estaba sentada aún lado mío concentrada en su laptop, buscando algún error en el trabajo.

— Creo que oficialmente mi laptop ha muerto. –le dije a mi amiga. Mi laptop tenía más de cuatro años conmigo por lo que era todo un vejestorio.

Afortunadamente habíamos terminado de hacer el proyecto en la laptop de Sidney, solo que estábamos viendo cómo se vería y checando si no se nos había pasado nada.

— Al menos terminando, sabes que si necesitas mi laptop puedes pedirla.

— Si, muchas gracias.

Mi celular sonó avisando que había llegado un mensaje.

Aidan: *Ya estoy aquí, te espero.

Sonreí al ver de quien se trataba, Aidan había propuesto salir a cenar y a buscar ropa para ir a la fiesta de Alex, ya que sería en el Eaton Inn, por qué había piscinas, también estaba la playa, y el calor estaba cada día más fuerte. Mi amiga me sonrió con picardía, al verme responder el mensaje, ella sabía quién era.

— Pues creo que me tengo que ir. –hablé mientras guardaba rápidamente todas mis cosas en mi mochila. A Aidan le desagradaba la impuntualidad.

— Bueno, sabes que estaré al pendiente por cualquier cosa. –hablo mientras me daba un abrazo y un beso en la mejilla– Espero y hoy si se den el beso.

— Gracias, te quiero– dije respondiendo el abrazo– Y no, no nos vamos a besar.

Mi amiga soltó una risa risueña y negó la cabeza. Salí de su habitación y rápidamente me despedí de sus padres quien estaban en la sala viendo televisión. Salí de la casa y encontré un automóvil rojo, muy hermoso. Camine hasta el y observe a Aidan dentro tecleando algo en su celular. Di dos golpes suaves en el vidrio logrando captar la atención de Aidan, quien me sonrió y me indicó que pasara.

— Hola –salude, terminándome de sentar en el asiento del copiloto.

— Hola, ¿qué tal tu día? –saludo, y se estiró de su asiento para depositar un beso en mi mejilla.

— Pues no ha sido tam malo, solo que mi laptop ha muerto. –respondí, al mismo tiempo que me colocaba mi cinturón de seguridad.

— Pues, creo que me citarás otra y sé dónde conseguir una.

El resto del camino continuamos hablando de cosas demasiado triviales. Cerca de veinte minutos estábamos bajando del automóvil para entrar en el centro comercial. Aquel donde nos habíamos visto por primera vez. Sonreí al recordar y pensar en lo patética que me vi en cuento conocí a Aidan, por que jamás me casaría de repetir que era un hombre extremadamente guapo y muy inteligente.

Caminamos hasta que encontramos las tienda de ropas y en tramos por petición o más bien orden de Aidan, a una que parecía muy lujosa. Una chica muy amable se acercó y nos pregunto que buscábamos.

— Trajes de baño y vestidos veraniegos. –hablo Aidan por mi.

– Claro, síganme.

Ambos caminamos detrás de la chica y nos llevo hasta una sección donde había muchos trajes de baño. Había de todo tipo y colores, el problema era que no estaba acostumbrada a usarlos y la última vez que lo usé fue en la Pool party de Irlanda, hace dos años. La chica comenzó a mostrarme muchos, hasta que me pasó un conjunto de dos piezas, la parte superior era de color amarilla, mientras que la de abajo tenía flores amarillas y de otros colores y el fondo era blanco. Busco mi talla y dijo que lo tendría en caja para cuando pasáramos a pagar. Después fuimos buscar segundo vestido y elegí uno azul con rosas y fondo blanco; si amaba las flores, el color rosa y amarillo.

Busque a Aidan quien de nuevo tecleaba en él calcular, pero ahora su ceño estaba arrugado.

— Listo– dije mientras llegaba a su lado– ahora buscaremos el tuyo.

— Vamos.

La señorita que nos atendió, precia no mostrar algún interés en Aidan, por lo que por un lado estaba bien y no tenía ganas de lidiar con miradas reprochables de otras mujeres. Fuimos hasta la sección de caballeros y después Aidan eligió un short azul marino y una playera al estilo Hawai. Pasamos a la caja, mi acompañante sacó su tarjeta y pago todo, yo habría podido costearlo por qué aún tenía un poco extra pero él no me dejó y me prohibió reprochar. Aidan amaba tener el control, el orden de las cosas y dar la ultima palabra.

Salimos de la tienda con las bolsas de ropa y caminamos unos metros hasta que Aidan se detuvo en una Apple Store. Ambos entramos y pidió una laptop, la cual pago inmediatamente. Algún día me gustaría poder comprar las cosas con la facilidad que lo hacía Aidan, y por eso estaba trabajando muy duro para lograrlo. Salimos de ahí, caminamos otro poco más y llegando al área de comida. Ambos elegimos comer cómoda Italiana y nos sentamos en una mesa para dos.

— Gracia por la ropa. –le dije con una sonrisa auténtica.

— No es nada, te puedo comprar todo lo que quieras si aceptas ser oficialmente mi Sugar baby, básicamente tú rol sólo será de dama de compañía, no quiero más sexual. Solo quiero tu compañía y que me ayudes a molestar a mi padre con tu presencia.

Lo mire por unos segundos, tratando de asimilar todo lo que había dicho. Desde que lo conocí pensé que solo sería una salida y jamás lo volvería a ver, pero ahora me están proponiendo ser oficialmente su Sugar baby. Una parte de mí quería salir corriendo por qué sabía que de alguna manera terminaría mal y la otra saltaba de alergia por que ahora podría estar más con Aidan.

— Acepto. –respondí, sin pensarlo más. Al fina sabía que esto traería michos beneficios y especialmente serían para mi, sin tener que dar mucho a cambio.

Ambos estrechamos nuestras manos y sonreímos.

— Pasaré a buscarte en los próximos días para firmar unos contratos, para que no halla inconvenientes después.

Sugar HeartsWhere stories live. Discover now