21

6.4K 381 30
                                    


El sonido de tono de llama de un celular inundo la habitación haciéndome despertar, confundida. Observe la habitación y las imágenes de unas horas atrás inundaron mis pensamientos, sonreí al recordar lo que había pasado. Aidan se removió a mi lado tratando de alcanzar su celular, que estaba en una mesilla de noche a su lado.

— Dios, es tan molesto ese sonido. —Dice con voz grave, haciendo que las mariposas en mi estomago se remuevan.

Toma su celular e inmediatamente este deja de sonar, y lo deja en el mismo lugar. Se incorpora sobre la cama quedando sentado y recargado en el respaldo de la cama.

— Buenos días. —hablo, para hacerle sabe que ya estoy despierta.

 — Buenos días Shaleen. —me responde. Lo observo y me fijo en su cabello que luce mas rojo de lo normal debido al sol que se filtra por la ventana— Es casi medio día, vamos a arreglarnos y después iremos a comprar algún regalo para el hijo de Alex.

— Me parece una excelente idea. — Exclamo emocionada ante la idea de ver al pequeño bebé.

▫️▫️▫️

Una hora más tarde, entramos al centro comercial tomados de las manos, hemos decidido comer algo y después buscar el regalo del bebé. Entramos a un restaurante y ordenamos algo de comida, minutos después llega un mesero con nuestra orden y nos dedicamos a comer y hablar un poco sobre cual seria un regalo perfecto para un bebé recién nacido.

Cuando terminamos la comida, Aidan pide la cuenta y paga. Salimos del restaurante, caminamos por el centro comercial hasta encontrar una tienda para bebés, el lugar es algo grande y nos quedamos en la entrada, al final no llegamos a un acuerdo sobre el regalo por que no tenemos idea alguna sobre regalos de bebés. 

— Buenos días, bienvenidos a nuestra tienda.— habla una mujer joven— ¿En que les puedo ayudar? — pregunta dirigiéndose a Aidan.

— Estamos buscando un regalo para el hijo de un amigo, que acaba de nacer. — responde Aidan.

— Perfecto, acompáñenme les mostrare las opciones.

Ambos la seguimos por los pasillos, nos muestra desde cunas hasta ropa, la cual es muy hermosa, haciendo que mi emoción aumente al ver toda la hermosa ropa de bebé. 

— ¿Que te parece algo de ropa? — sugiero, al observar un hermoso conjunto de ropa con dibujos de animales en ella.

— Creo que les encanta, Diana ama los animales. 

— ¿Podrías mostrarnos los peluches? -pregunto, para comprar algo para regalarles yo.

Caminamos unos metros mas y unos grandes estantes nos dan la bienvenida con varios peluches de todos los colores y tamaños. Termino eligiendo un peluche con forma de elefante muy hermoso. La chica nos guía hasta la caja para pagar todo. Aidan paga su regalo y yo el mio, también pagamos para que los envuelvan para regalo. Salimos de la tienda, cada uno con su bolsa y caminamos despacio.

— ¿Te gustaría tener hijos? — pregunta, haciendo que mi corazón se acelere ante tal pregunta.

— En el futuro tal vez. — respondo, y a mi mente vienen pequeños niños con cabello cobrizo parecidos a Aidan—  ¿y a ti?

— No lo se, mi padre no fue un gran ejemplo y no quiero cometer los mismo errores. 

— Creo que si llegas a tener hijos, seras un gran padre. 

Nadie dice nada después de eso, caminamos y paramos frente a una tienda de ropa.

— Por que no compras algo de ropa, para que estés más cómoda. — me dice, y recuerdo que traigo puesto el vestido de ayer.

— Es una gran idea. -respondo.

— Ve, aquí te espero. — dice mientras se sienta en una banca que hay frente al local.

Le dejo la bolsa del regalo y entro, busco un pantalón de mezclilla y una blusa sencilla, encuentro una blusa rosa pálido muy hermosa y voy al probador. Sonrió al ver que me ha quedado perfecta, salgo y le hablo a una trabajadora de la tienda quien viene a mi y me da una sonrisa.

— Buenas tardes, quiero comprar esta ropa y llevarla puesta.

— Claro señorita.

Caminamos hasta la caja y le dice a su compañera que llevare la ropa puesta y hacen lo necesario para cobrar la ropa, pago y guardan mi vestido en una bolsa. Salgo de la tienda y camino hasta Aidan quien observa su celular.

—  Listo, podemos irnos.

▫️▫️▫️

Nos detenemos en la recepción del hospital, donde una señorita que parece muy agradable nos recibe con una gran sonrisa.

— Buenas tardes, ¿podría decirnos donde esta la habitación de la señora Diana Martin?

— Buenas tardes. — responde y teclea algo en la computadora— Habitación 109, tercer piso.

— Gracias. — respondo.

Caminamos hasta el elevador, esperamos que llegue y subimos, marcamos el piso tres y en cuestión de segundos llegamos, las puertas se habré y caminamos hasta encontrar la habitación 109, hay una puerta blanca, Aidan toca y la puerta se abre, dejando ver una amplia habitación donde hay varias personas. 

— Buenas tardes. -saludamos al unisono.

—  Buenas tardes— responden.

Diana descansa sobre la camilla y a su lado un sonriente Alex nos saluda, en los sillones que hay en la habitación, está una pareja mayor, la mujer tiene gran parecido a Diana así que supongo que es su madre. En una silla esta una mujer subía joven y carga a un pequeño bulto envuelto en una cobija azul cielo, a su lado esta un hombre pelinegro.

— ¡Muchas felicidades! — exclamo con alegría al acercarme a los recién padres.

— Muchas gracias. — responde mi amiga— Shaleen es pareja de Aidan, y ellos son mis padres. -me presenta- Y la rubia de ahí es Camila, junto a Ian.

Me acerco para saludar a todos con educación, Aidan hace lo mismo con los presentes y procedemos a entregar los regalos. Diana y Alex nos agradecen, Camila se acerca y le da el bebé a Alex y este se acerca hasta nosotros para enseñarnolos. 

— ¿Puedo cargarlo?— pregunto con entusiasmo.

— Claro, tómalo. — dice Alex y me lo pasa con cuidado.

Sonrió al cargar al bebé, lo observo, es muy blanco y su escaso cabello tiene el color de Alex, y un leve parecido a su madre se hace presente aun que es demasiado pequeño para saber a quien es más parecido.

— ¿No es hermoso? — le pregunto a Aidan quien también ha quedado encantado con el pequeño.

—Si, muy hermoso. 




 







Sugar HeartsWhere stories live. Discover now