❄Capítulo 18❄

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Viendo la expresión "todos los ramos", parecía que definitivamente no se enviaron uno o dos ramos de flores.

A la distancia, Jess estaba de pie por alguna razón.

—Vaya, whoa, Jess... —dijo Shuell respirando agitadamente.

—... Adelante.

Jess abrió la puerta.

*Shwaaa*

Los pétalos volaron a través de la pequeña abertura de la puerta y cayeron a los pies de Shuell. Tan pronto como terminó de abrir la puerta, el aroma de varias flores la golpeó.

La espaciosa habitación estaba repleta de flores y apenas se podía ver el suelo.

Tras un momento, Shuell hizo contacto visual con los fríos ojos de Rayglen.

—Llega tarde —dijo Rayglen, de pie frente a la ventana.

Rayglen frunció el ceño y cogió uno de los pétalos que revoloteaban en el aire.

Shuell no pudo contener su asombro y por primera vez comprendió la expresión "abrir los ojos de par en par".

La iluminación no era tan fuerte y el sol no brillaba mucho, pero le pareció ver que el cielo se abría. Por supuesto, todo lo que había en el suelo eran ramos de flores, pero Shuell podía afirmar que elegiría el momento de ahora si le pidieran que escogiera un momento inolvidable de su vida.

—T-Todo esto...

—No esperaba que Railda cuidara el Norte. En primer lugar, traje tanto como pude.

—¿Tantos ramos?

—Usaré muchas veces la espada durante la subyugación —respondió Rayglen con firmeza.

En la habitación también había flores comunes del Sur, e incluso no sería exagerado decir que había comprado todas las flores que circulaban por el Imperio.

—¿Cuándo volverá?

—Esperaba tardar un mes, pero volveré dentro de una semana porque Railda ayudará.

—¿Y la habilidad de la espada?

—Podré usarla gracias a ti.

La respuesta de Rayglen tranquilizó a Shuell.

Después de tomar un respiro, Shuell miró a su alrededor.

—Entonces, Gran Duque... ¿Puede dar un paso a la derecha?

—¿Por qué razón?

—Lo sabrá si lo hace.

Rayglen dio un paso a la derecha con cuidado de no pisar las flores.

La luz del sol iluminándolo desde atrás y las flores por todas partes... Al estar solo entre las flores en plena floración, destacaba aún más.

—Oh, dios mío, Gran Duque. Sería mucho más perfecto si pudiera sostener una flor roja en dirección a las 9 en punto.

—¿Pidió flores para esto?

—La armonía de la combinación de negro y rojo es perfecta. Al igual que el Gran Duque y las flores.

—¿Qué planea hacer en el jardín? —preguntó Rayglen frunciendo el ceño, como si estuviera cansado del aroma de las flores.

—Voy a plantar flores.

—Eso no tiene sentido. Unas simples plantas no podrán soportar el invierno del Norte.

Fue una reacción extrañamente dura.

La villana cautiva al Gran DuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora