❄Capítulo 24❄

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«¿Tiene hábitos de sueño?»

¿Es posible que duerma en posición vertical y con las sábanas hasta el cuello?

Al pensar en esa escena, la boca de Shuell se abrió naturalmente.

Rayglen, que todavía estaba mirando los documentos, preguntó con calma como si hubiera sentido la mirada.

—Si tiene algo que decir, hable.

Shuell rápidamente enderezó la espalda.

—¿Qué podría querer decir?

—Al mirar su expresión, diría que tiene algo en mente.

A Shuell le preocupaba que, si decía algo innecesario, tendría prohibido entrar a la oficina.

Shuell empujó ligeramente con ambas manos la mesa colocada verticalmente junto al escritorio, y fingiendo estar un poco enojada jugó inclinando ligeramente su silla hacia atrás.

—Se ve ocupado.

—Desde luego, parezco más ocupado que la señora.

La mirada de Rayglen se deslizó sobre la mesa vacía. Se trataba de una mesa exclusiva que Shuell trasladó con permiso a la oficina tan pronto como él regresó.

La mesa se encontraba en un ángulo perfecto para ver el perfil de Rayglen cada vez que levantara la cabeza. Por supuesto, esa no fue necesariamente la razón por la que Shuell la colocó allí.

Con un ruido sordo, Shuell volvió a colocar las patas de la silla en el suelo, luego se inclinó más hacia Rayglen y formuló una pregunta.

—Gran Duque, ¿dónde puedo encontrar libros históricos sobre el Norte y Brent?

Shuell aprovechó su ausencia para buscar información sobre el Norte y Brent. Encontró algunos libros que trataban el tema con relativa ligereza, pero ninguno contenía la información que buscaba.

Era muy extraño que, a pesar de la larga historia de Brent, hubiera menos información de la que esperaba.

Habría estado bien preguntarle al respecto a Petton, pero no era una buena manera de transmitir su intención.

Sobre todo, a Shuell no le quedaba más de un año de tiempo.

El tiempo que tardó en llegar al Norte junto al que tardaría buscando la información que quería sería un desperdicio.

De cualquier modo, a excepción de Petton, ¿quién tenía más probabilidades de conocer la información que tanto buscaba sobre el Norte y Brent? Si no era Rayglen, ¿quién más podría ser?

La pregunta de Shuell hizo que Rayglen la mirada fijamente.

—¿Por qué tan de repente?

—Para saber más sobre el Gran Duque.

—Un libro es un registro de acontecimientos pasados. No se tratará de mí.

—Vamos a ser una familia con el Gran Duque y viviremos en el Norte, ¡así que debería saberlo!

Shuell acercó su silla y se apoyó contra la mesa.

Los ojos azul claro de Rayglen la miraron fijamente.

Shuell, que había estado haciendo contacto visual en silencio, ladeó ligeramente la cabeza mientras mantenía apoyada la barbilla en una mano.

—¿Qué ocurre? ¿Se siente extraño cuando me mira?

—... No.

—Tch. Pensé en poder ver un retrato suyo anual del pasado o un retrato de la infancia.

—No existe tal cosa como un retrato anual.

La villana cautiva al Gran DuqueWhere stories live. Discover now