❄Capítulo 46❄

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—No es un buen artículo porque lo traje con prisa... ¿Le gustaría sentarse, Su Alteza?

—Sé que estás ocupado, gracias por traerlo.

Shuell sonrió alegremente y se sentó en la silla que trajo el aprendiz de caballero.

Al mirar los rasguños aquí y allá, parecía ser una silla usada por los caballeros.

Preocupado por si una espada pudiera volar accidentalmente hacia Shuell, Zeros le dio dos caballeros para que la cuidaran. Así de cerca estaba de la zona donde entrenaban.

—¿Por qué eligió un lugar tan peligroso? —preguntó Rayglen mientras agarraba la espada que llevaba en la cadera.

—Estoy lo suficientemente lejos. Apenas puedo distinguir los ojos, la nariz y la boca del Gran Duque.

—Si Jess no la hubiera detenido, habría agarrado incluso una espada.

—En primer lugar, hay que mirar el panorama en general cuando las cosas son bonitas.

—Nunca escuché eso —respondió Rayglen con el ceño fruncido.

Por supuesto, incluso desde la distancia sus ojos podían distinguir automáticamente a Rayglen.

Mientras Shuell asentía, los dos caballeros que la custodiaban a ambos lados se pusieron tensos.

Sin decir una palabra más, Rayglen caminó hacia donde estaban reunidos numerosos caballeros.

Shuell pensó que estaban practicando, pero la mayoría de caballeros estaban enseñando a los aprendices.

Hubo algunos combates ligeros, pero recordando lo que hicieron con Jess en el Norte, ni siquiera llegaron a la fase de calentamiento.

Los caballeros junto a Shuell parecieron envidiosos de la escena.

—No es divertido si no es uno mismo quien empuña la espada, ¿está bien? —preguntó un caballero en tono molesto mientras miraba a Shuell observando al frente y sosteniendo un ramo de flores con fuerza como si temiera que Rayglen se lastimara.

En término general, sonaba como si le estuviera diciendo que se quedara en su habitación y no molestara a la gente ocupada.

—No, es divertido. Mi corazón late con fuerza en este momento y me siento más tensa que nunca —respondió Shuell con firmeza.

El caballero pareció sorprendido por la audaz respuesta de Shuell.

Shuell abrazó con fuerza el ramo entre sus brazos.

«Este es un lugar donde no hay nada que bloquee el sol.»

Mirándolo, Rayglen parecía un poco más cálido que en el Norte.

Shuell aplaudió mientras veía a Rayglen arremangarse la camisa.

—¿Has visto? ¿Lo viste? ¡La apariencia natural del Gran Duque!

—... ¿Eh?

—Awww, en serio, debo conseguir una piedra mágica para grabarlo —añadió Shuell, luego miró al caballero y preguntó—. ¿Te llamabas Sepik? Supongo que te gusta el manejo de la espada de Gran Duque. Vi que lo estabas mirando atentamente.

—Oh, sí. Bueno...

Dio una respuesta bastante rígida a la pregunta de Shuell.

Había una extraña sensación de cautela por parte del caballero, pero Shuell no le prestó atención y preguntó por Rayglen.

—Supongo que a los caballeros les gusta el Gran Duque. Cuando lo veo en los banquetes, siempre está rodeado de caballeros.

—Bueno... Sí.

La villana cautiva al Gran DuqueWhere stories live. Discover now